La medida pretende crear un fondo que permita hacer frente a la insolvencia de la banca, es decir que papá Estado (y con ello todos los ciudadanos) no tenga que tirar de las pensiones de los jubilados ni de los sueldos de los funcionarios, para pagar las deudas de los bancos, tal como están haciendo en este momento la mayoría de los países.

Que sea Angela Merkel precisamente, quien tome la iniciativa y pretenda extenderla al resto de la Unión europea, debe ser motivo de sonrojo para la izquierda.

Hace algo más de un mes, cuando visitaba la casa natal de Karl Marx, me decía lo mismo: que haya tenido que ser la burguesía progresista, la que lleve la iniciativa a la hora de reforzar el Estado del Bienestar, frente a la dejadez de la burocracia sindical europea, hace que las tripas se retuerzan en tu estómago.

El afán conciliador y el continuo rehuir de la confrontación, ha llevado a los partidos de la izquierda (y a sus correas de transmisión: los sindicatos), a la sumisión de perros falderos de un capitalismo cada vez más salvaje y voraz, capaz de conducir a todo el planeta a la quiebra absoluta e irrecuperable, que necesariamente desembocaría en una conflagración.

El que gestiona mal y daña a la sociedad, debe pagar por ello... a la sociedad. No puede haber impunidad para quienes lesionan el bienestar social y económico de los demás

Esta "desaforada" reflexión, no es otra cosa que un ejercicio gimnástico al que someto mis neuronas, para no sufrir el agarrotamiento de mi cerebro, a consecuencia de la claudicación y el servilismo de la izquierda europea.

Claro que viendo a la corriente dominante del pensamiento contemporáneo, restregarse en el fango de la cultura del todo vale, entregados a la "creación" y a la "innovación" por la vía del "freelance", la cuestión no es para menos, a la vuelta e la esquina nos aguarda el neo-nacismo disfrazado de Caperucita Roja.

Bienvenida sea la iniciativa alemana... que vergüenza deberían sentir algunos presuntuosos.