14h del lunes 18 de Septiembre. Paseo por una de las calles peatonales de Madrid más transitadas: La Calle Fuencarral, en pleno corazón del Barrio de Chueca. Arranco en la Puerta del Sol y subo por la Calle de la Montera, también peatonal y, en línea recta, cruzo la calle Gran Vía y entro en la de Fuencarral. Subo por esta calle y llego hasta el cruce con la calle Hernán Cortés dónde deja de ser peatonal. He contado unos tres centenares de personas paseando y decenas en bares y terrazas. Pues bien, ningún macetero, ni bolardo, ni vehículo de la Policía Municipal que impida, vigile o controle un acceso que permitiría la entrada del vehículo de un terrorista a gran velocidad y, tras recorrer 750 metros en línea recta, llegar hasta la mismísima Puerta del Sol y reproducir el baño sangriento de Las Ramblas o de Niza. Hay decenas de maceteros y bolardos pero todos situados únicamente para impedir el estacionamiento o la invasión de pasos de carruaje. 

Carmena desoye las recomendaciones de seguridad

Ya escribí aquí mismo que en la masacre de Las Ramblas de Barcelona la alcaldesa Ada Colau, por omisión, facilitó la comisión de los mismos. Más aún cuando se supo que estaba avisada por la CIA y que los atentados fueron fruto de la improvisación después de la explosión fortuita -y salvadora- de Alcanar. Espeluzna y sobrecoge que Manuela Carmena, la Alcaldesa de Madrid, con esos precedentes y con un nivel de alerta terrorista 4 sobre 5, no cumpla con su obligación legal y primordial de proteger a los transeúntes en zonas tan concurridas, mientras despliega toda su escasa capacidad y tiempo en, por ejemplo, apoyar los actos de propaganda del independetntismo catalán en Madrid. Esta advertida. Si algo ocurre la culpa y las victimas no serán solo de los terroristas.

Siguen sin colocarse bolardos ni maceteros

AscoHastaLaNáusea