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El bambú siempre se ha utilizado como un material para la construcción
El bambú siempre se ha utilizado como un material para la construcción. Sin embargo, no ha sido muy popular debido a su mantenimiento pero su durabilidad depende de la forma adecuada de uso. Por otra parte, por ser un material natural cuya reproducción es muy rápida contribuye con el ahorro de energía sin hacerle daño al ambiente. Existen edificaciones con más de 100 años y en algunas ciudades del mundo, el bambú es considerado como un material esencial para la construcción de viviendas. A través del desarrollo amigable y sostenible y el avance tecnológico, ha sido posible la sustitución de ciertos materiales tradicionales para la construcción, lo que ha generado grandes oportunidades para los campesinos, productores, obreros y profesionales dedicados al estudio y al cultivo de los elementos naturales que pueden ayudar con el ahorro de energía.
El bambú ofrece la posibilidad de disminuir la huella ecológica en todas las edificaciones, lo que es muy importante para uno de los sectores más contaminantes del planeta. Para el ahorro de energía es clave y para satisfacer ciertas condiciones estéticas también lo es. Lo que diferencia al bambú de otros elementos naturales, son las propiedades de su tallo que puede ser comparado, en cuanto a resistencia, con las propiedades del acero y con algunas fibras de alta tecnología. Dependiendo de su cultivo algunos tipos de bambú pueden ser más flexibles que otros pero es un material eficaz para construcciones que deban soportar sismos y favorecer al ahorro de energía.
Recomendaciones claves para usar el bambú
Como todo material, el bambú cuenta con ciertas especificaciones que lo pueden hacer mejor que otros solo si se trabaja de la forma adecuada para las construcciones y para el ahorro de energía. Una de las claves para saber usar este elemento, es utilizar una buena materia prima, es decir, cañas maduras por su resistencia y un menor contenido de humedad, siempre y cuando hayan sido preservadas y secadas con antelación. Si se utilizan cañas jóvenes, se puede correr el riesgo de ocasionar fisuras y el colapso de la construcción.
Por otra parte, las paredes y las columnas deben estar aisladas del suelo para evitar su pudrición. No se pueden colocar directamente en el piso debido a que cuentan con una gran capacidad de absorción de la humedad y de la lluvia. Asimismo, las cañas se deben proteger de los rayos del sol que penetran de forma directa y de las lluvias, ya que las mismas producen hongos, mientras que el sol blanquea y debilita la caña. Dependiendo del tipo de caña que se utilice, se pueden recubrir con arena-cemento o con una mezcla de materiales orgánicos que contribuyan con el ahorro de energía y con el ambiente.
Por otro lado, es necesario evitar aplastar las cañas para impedir que se produzcan fisuras en las mismas. Lo más recomendable para contrarrestar el peso que se localiza en los entrenudos, es rellenar las cañas de concreto o colocar las cargas sobre los nudos. La madurez y la calidad de la misma también tiene un peso importante en las construcciones, ya que si se usa una mayor de 4 años, es probable que esta dure más de lo previsto. Se puede distinguir sus años por el color verde opaco que adquieren a través del tiempo. El tallo sobre maduro se identifica cuando se encuentra recubierto por un color amarillo blanquecino, por lo que no se puede utilizar para construir pero si como elemento decorativo, para leña o abono para otras plantas. Sin embargo, sirve para el ahorro de energía también.
Existen ciertas características por las cuales no se puede utilizar un tallo en una construcción y que tampoco funcione para el ahorro de energía. Una de ellas son los huecos y rajaduras, debido a que pueden presentar defectos mecánicos, las deformaciones en el tallo pueden indicar algún tipo de enfermedad y los entrenudos mayores a 50 cm, no son recomendados para ningún tipo de construcción. Las decoloraciones también son otro síntoma pero se debe estar pendiente en no confundirlas con las manchas blancas de los líquenes.
La importancia del corte y la cosecha del bambú
Las técnicas de corte son importantes para asegurar un adecuado abastecimiento de cañas de calidad y un excelente ahorro de energía en las construcciones. Para garantizar una producción segura es pertinente asegurarse del arreglo del tocón y su regeneración natural. El corte que se le debe hacer a los tallos es en bisel, en dirección a la caída del mismo. Cortar el tallo justo por encima del nudo puede evitar la aparición de nuevas ramas que pongan en dificultad el manejo de la plantación. Por otra parte, si se puede utilizar la motosierra, es mucho mejor ya debido a que el tallo queda mejor cortado. Para tumbar la caña, es recomendable hacer un segundo corte del lado opuesto al primero y luego se puede liberar halándolo en la dirección de la extracción. Luego se debe arreglar el tocón y posteriormente desramar y trozar el bambú.
Una vez se realiza el proceso de selección de la caña y del tipo de forma que se le quiere dar, es pertinente que el mismo pase por el proceso de preservación y secado para aumentar la vida útil del bambú y los insectos y microorganismos. El vinagrado es un método tradicional donde se deja la caña sobre el mismo tocón apoyada sobre los otros bambúes durante tres semanas sin tocar las hojas y las ramas, lo que elimina el algodón, los azucares y la humedad. Otros métodos incluyen la inmersión de la caña en agua dulce o de mar, con taninos y el proceso ahumado. La preservación química, incluye la inmersión de la misma en solución de bórax y ácido bórico y es el más recomendado por su costo, eficacia y seguridad. Además de conservar su color verde natural.
Lo más importante del bambú, es que puede contribuir con el ambiente y con el ahorro de energía sin maltratar el ambiente de donde proviene.
Información Obtenida de: http://www.softenergia.com/