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¡Bendita tú eres!

13/05/2023 20:13 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Este domingo 14 de mayo se celebra en Colombia, Uruguay, Perú, Puerto Rico, Honduras, Chile, Estados Unidos y Venezuela el «Dia de las Madres», sin embargo, realmente no existe lugar ni momento alguno en todo el universo donde podamos olvidar un solo instante al ser más grandioso de autoría divina

Desde el interior de un abultado vientre mi tierno corazón latía a máxima intensidad, esperando que llegase el dichoso momento de conocer el rostro perteneciente al ser del cual estuve íntimamente unido por espacio de nueve meses y cuya voz melodiosa dulcemente me arrulló.

Inicié los caminos de la vida con pasitos cortos titubeantes, guiados siempre por manos frágiles, pero firmes. En premio a mi gran esfuerzo recibí muchas caricias y besos, como si hubiese conquistado la superficie lunar. Ahora, cuando el otoño reclama las hojas del tiempo, puedo entender, madre, las veces que descubrías mis mentiras, tristezas e incluso aquellos delirios amorosos, claro, tú eres parte integral de mi vida.

Recibí tu amor incondicional, pero las reprimendas estuvieron también presentes durante mi infancia y ellas constituyeron los elementos fundamentales que actualmente me permiten ser el feliz dueño de un amplio bagaje afectivo.

Cada noche con los ojos soñolientos por el cansancio acumulado por un duro día te acercabas a mi cama para contarme los más hermosos cuentos y creyéndome dormido salías de puntillas, pero mis quejas te regresaban para conocer los finales más felices que siempre terminabas con el clásico, «colorín, colorado...»

Durante mis años juveniles entendiste que los hijos pertenecen a la vida, sin embargo, cuando llegaba tarde a casa fingías diciendo, ¡Muchacho! ¿dónde has estado, me acabas de despertar? e inmediatamente te levantabas para prepararme comida. Finalmente llevaba conmigo tus bendiciones hasta quedarme completamente rendido.

La vida terrenal tiene final y tristemente llega el momento más difícil de asimilar cuando nuestras queridas madres deciden despedirse de un cuerpo cansado y tienen que alejarse físicamente de sus hijos. Ellas trascienden otro plano y con profundo dolor tenemos que aceptar que su nueva morada está más allá de la eternidad, pero la realidad es que siempre vivirán en nuestros humildes corazones.

 

Autor: Alfredo Pirela Velásquez


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