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Hay muchos inventores que piensan en los discapacitados en universidades y talleres, como hemos visto en una reciente feria en Bilbao
Un grupo de investigadores está desarrollando en EE.UU. un par de brazos robóticos que podrían ayudar a las personas a realizar una variedad de tareas que físicamente son difíciles de terminar sin la ayuda de manos extras.
Muchos de nosotros probablemente nos hemos encontrado alguna vez en una situación en la que hubiéramos deseado tener en ese momento un par de manos extras para agilizar o terminar un trabajo. En un futuro próximo esta necesidad puede convertirse en realidad. Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha presentado un par de brazos robóticos que se pueden llevar como una mochila.
A diferencia de las prótesis artificiales, estos brazos robóticos, llamados Supernumerary Robotic Limbs (SRLs), se sacan de la espalda y se activan cuando se necesita ayuda en una tarea que humanamente serían imposibles.
Estas extremidades inteligentes usan un sistema de giroscopios y acelerómetros que se adjunta a las muñecas para poder controlarlas de tal manera que imiten el movimiento de nuestras manos o que hagan algún movimiento extra que necesitemos. Los investigadores dicen que serán muy útiles cuando, por ejemplo, se necesite levantar un objeto pesado y sostenerlo sobre su cabeza.
Cada brazo tiene cinco grados de libertad, con efectores intercambiables que se pueden personalizar. Debido a que todo el sistema pesa alrededor de 4, 5 kilogramos, podría ser muy útil también en los trabajos de construcción o en el transporte de objetos pesados. Gran parte de esta investigación fue patrocinada por Boeing, que buscaba la manera de que sus trabajadores no sufrieran lesiones al levantar objetos pesados o agacharse repetidamente.
El brazo robot de tipo articulado, es uno de los más complejos debido a la cantidad de movimientos que pueden realizar y, por tanto, el número de tareas capaz de desempeñar. Su configuración es similar a la del brazo humano y esta constituido por dos secciones rectas que corresponderían al brazo y el antebrazo humano y que a su vez están montados todos sobre el mismo eje giratorio. Estos componentes están conectados entre sí por dos articulaciones giratorias que corresponderían al hombro y al codo respectivamente. Una muñeca esta unida al extremo del antebrazo, con lo que se suman a la estructura varias articulaciones más con la intención de permitir o facilitar el posicionamiento y la orientación de la herramienta.
Todos los robots de este tipo industrial están diseñados para realizar trabajo productivo con cinco grados de libertad. Este trabajo se realiza mediante el desplazamiento de las diferentes partes que constituyen el cuerpo del robot, a saber: su cuerpo, brazo, muñeca y efector final, a estos elementos los llamaremos segmentos . Los puntos de articulación entre cada una de los segmentos, es decir, la base, el hombro, codo y muñeca, se corresponde con los puntos de rotación que le dan al robot sus 5 grados de libertad, cada uno de los cuales requiere de un motor independiente. Esto sin contar con el motor que accione el abrir y cerrar de la mano.
Aunque espectaculares como siempre y obviamente revolucionarios para todas aquellas personas que necesitan una ayuda extra para sus brazos, las extremidades robóticas controladas mediante el pensamiento ya no son una novedad absoluta, pero algo para tener en cuenta hoy y Darpa ha invertido 34, 5 millones de dólares en su desarrollo. Esa empresa abarca a los inventores del Pentágono.
El laboratorio de física aplicada de la Universidad Johns Hopkins de EEUU ha anunciado que ha conseguido un jugoso contrato otorgado por la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa con el fin de desarrollar este brazo cibernético, que tiene un peso de 4 kg (como un brazo de verdad) y ofrece a su usuario no solo la posibilidad de mover sus dedos independientemente, sino hasta feedback sensorial (con presión y tacto) para recoger objetos sea una experiencia más natural e intuitiva. En realidad el proyecto lleva varios años en desarrollo, pero ha sido este tercer prototipo el que ha conseguido convencer a los "cazatalentos" de Darpa. Lamentablemente esos dedos servirán para accionar el gatillo de un arma de fuego.
Un joven de 17 años estudió para lograr brazos robóticos baratos y lo consiguió en 3D
El Modular Prosthetic Limb o MPL, que es como se llama, ha entrado en fase de pruebas con su "instalación" en cinco pacientes reales, que serán sometidos a una operación de reinervación para poder controlar sus nuevos brazos igual que los de carne y hueso.
Un joven, de un pequeño pueblo de Colorado, ha usado impresión 3D para crear un brazo prostético robotizado por menos de 500 dólares y totalmente funcional. En el evento TedxMileHigh, de Denver, Easton LaChappelle, de 17 años, demostró su brazo robótico y cómo hizo para construirlo con el menor costo.
LaChappelle dijo que la idea se le ocurrió cuando tenía 14 años. Entonces buscó en Internet para aprender algo de ingeniería y de programación que ya intuía iba a necesitar. Cuando se dio cuenta que el costo del desarrollo del brazo podría ser prohibitivo, LaChappelle entonces se le ocurrió que la impresión 3D podría ayudarle.
“Así, al final de cuentas, construí un brazo robótico hasta el hombro que era extremadamente fuerte”, dijo LaChappelle. “Podría lanzar con él una pelota, estrechar una mano o hacer cualquier cosa que un brazo humano podría hacer si lo programaba correctamente”
LaChappelle metió su invento a la Feria de Ciencia e Ingeniería de Colorado, en donde conoció a una niña de 7 años con un brazo prostético que le había costado 80 mil dólares. LaChappelle decidió añadir control a su sistema y dirigió su proyecto para ayudar a las personas con alguna discapacidad, pero sin pagar cantidades exorbitantes.
En lugar de implantar sensores neuronales en los nervios de la espina dorsal, LaChappele quería un control que fuese externo, que pudiese quitarse y ponerse. El brazo de LaChappelle está controlado por una banda electroencefalográfica, que puede leer hasta 10 diferentes canales del cerebro y comunicarse con el brazo sin necesidad de cables, usando la tecnología Bluetooth.
El joven indica que la impresión 3D fue esencial no solamente para construir los engranes especiales y los prototipos, a costos comparativamente bajos, sino permitiéndole construir un brazo que se viese relativamente como los brazos reales se ven. Para ello LaChapelle usó vapor de acetona en su mano impresa en 3D para darle un acabado brillante. El prototipo del joven terminó por darle un trabajo en el proyecto Robonauta de la NASA. Ahora se ha involucrado en producir un conjunto de piernas robóticas para un compañero de clase que no puede caminar.
Los avances en la tecnología de impresión 3D están haciendo mucho por las personas con cierto tipo de discapacidades. Lo importante aquí finalmente es como alguien, con recursos limitados, retó al sistema y ha logrado que sus ideas puedan finalmente convertirse en productos de relativo bajo costo para ayudar a quienes han tenido menos suerte que nosotros en lo que se refiere a las capacidades físicas con las que hemos sido dotados.