La zona arqueológica de Chichén Itzá inició el 2023 con solo una decena de turistas, esto debido al bloqueo carretero que conduce al asentamiento maya por parte de un pequeño grupo de artesanos.

Los inconformes demandan que se les respeten los lugares de venta con los que contaban actualmente dentro de la zona arqueológica, sin embargo, las constantes quejas por parte de los turistas que visitan los vestigios mayas llevaron a tomar la decisión de reubicar a los artesanos que son acusados de hostigar a los visitantes para comprar sus productos.

Otra de las quejas recurrentes de los visitantes, principalmente nacionales, es el sentirse engañados por este tipo de sujetos quienes dan un precio ficticio, "todo a 10" -mencionan los vendedores- y una vez que los turistas nacionales eligen los productos que desean los vendedores les hacen saber que no son 10 pesos mexicanos sino dólares americanos con un toque de humor negro que desagrada e incómoda al turista nacional.

El nuevo espacio que se les dará a los artesanos se encuentra en la zona de aterrizaje y contará con baños y facilidades necesarias para llevar a cabo su labor, siendo esto una reubicación y no un desalojo de acuerdo a lo que ha manifestado Marco Antonio Santos Ramírez, director del sitio arqueológico.

Por su parte, los manifestantes piden la destitución de Santos Ramírez, acusado -según ellos- de corrupción y hechos en beneficio propio.

Los cortes carreteros se han presentado en  Pisté y Xcalakoop, por lo que las agencias turísticas que llevan a miles de turistas diariamente a Chichén Itzá se han visto obligadas a desviar su ruta y visitar la zona arqueológica de Ek Balam, causando así molestias y una mala imagen al turismo internacional quienes han decidido no sumarse a las cancelaciones masivas de esta actividad turística.

Tras una reunión por ambas partes no se ha podido llegar a un acuerdo y no existe una fecha estimada para darle solución a este bloqueo.