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Para el republicano la felicidad es social, en cambio, para el liberalismo la felicidad del liberal está en el sofá de su casa
Existen dos concepciones muy distintas de lo político, liberalismo y republicanismo, y del ciudadano. La ciudadanía nos define de mayor manera en el republicanismo que en lo liberal.
Pettit Diferencia al votante y al político.
— Para los republicanos el votante es un controlador de calidad, es decir, mide cual es el mejor político posible para todos, no para mi, si no para todos. El político ya no es un negociador, representa al conjunto de los ciudadanos, por lo tanto, el único interés es el de todos.
Rouseau lo define como “la libertad general”, es decir, que es bueno para todos.
— Desde el punto de vista liberal el votante es un consumidor. Pettit indica que el ciudadano que elige a sus representantes se comporta como un consumidor, y elige aquello que más le conviene a él y sus intereses. El político tiene el deber de negociar, ante los intereses distintos y contrapuestos.
El político tiene el deber de negociar, ante los intereses distintos y contrapuestos
— El republicanismo cree que la virtud es necesaria porque ninguna asociación política es sostenible sin el concurso de ciudadanos virtuosos. El buen ciudadano para los republicanos, aunque no haya una respuesta clara, es el compromiso con la republica, obediencia a la ley, imparcialidad en la ley, amor a la libertad, retorico argumentativas de la política, y al ser animales políticos hay una dimensión de nuestra vida que es lo publico y no podemos sin eso desarrollarnos en la política. El republicano considera que uno debe desarrollarse en el ámbito publico y privado. Por tanto, nadie es el ciudadano perfecto, si hay mejores o peores.
— En el discurso liberal resulta inapropiado por entender que se le cataloga por valores morales.
— Los republicanos insisten en los fines de inculcar a la gente la politización porque la política no es neutral. En una tiene cabida la virtud y en la otra no.
Constant “de la libertad de los antiguos a la libertad de los modernos” afirma que para el republicano la felicidad es social, en cambio, para el liberalismo la felicidad del liberal está en el sofá de su casa.
El político ya no es un negociador, representa al conjunto de los ciudadanos, por lo tanto, el único interés es el de todos