¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Ascohastalanausea escriba una noticia?
... que para mi no tengo". La feminización del lenguaje, el imperio del "todo vale" en las redes, el absurdo debate político, son muestras inequívocas de que todo es una enorme patraña de cara a la galería
El debate está en la calle. Me anticipé cuando hace tiempo escribí sobre la @ como sexta vocal del Castellano http://es.globedia.com/sexta-vocal-castellano
A mi me traería al pairo si no fuera porque a las parlamentarias les pago el sueldo y me toca las narices que ocupen su tiempo, su cabeza y su energía, en debates estériles e inútiles frente a las decenas de problemas prioritarios, pero olvidados, que afectan a los ciudadanos y ciudadanas, -ciudadanitos y ciudadanitas- a los que representan. Y digo que no me preocupa porque es un hecho que el idioma, cualquier idioma, no pertenece a nadie, tampoco a la RAE en el caso del Español y siempre prevalecerá el uso que de dicho lenguaje hagan los hablantes del mismo. En otras palabras, la RAE solo se ocupa de recopilar y acotar el uso y significado de aquellas palabras que el hispano hablante incorpora masivamente a su jerga. Así se empeñe Irene Montero en "aeizar" -terminar con la vocal "A" todo lo que tenga que ver con el sexo femenino- dudo que ella misma y menos aún la calle, utilice alguna vez expresiones como: narizas, pela, labias, manas, brazas, coña, cula, ana, pechas, pezán, tobillas, etc. pero, consejos doy que para mi no tengo.
Mi hija tiene 18 años y, como todos los adolescentes y adolescentas, se dirige a su madre y a sus amigas con un, ¡tío! al comienzo de cada frase. Yo le digo: si te oyera Irene Montero, que poco haces por visibilizar a tu género. Ella me mira como si fuera de otro planeta -se encuentra a años luz de ese debate-, me zasca un, ¡vale Papó! y me deja por imposible.
Vivimos en la España del todo vale. Entre todos hemos aupado la libertad de expresión a derecho, no ya fundamental, sino esencial. Cualquier ocurrencia, exabrupto, disparate, insulto, incluso amenaza, en los medios o en la redes, es la necesidad de cada día de sentirse vivo y protagonista. Es la notoriedad, frente a la irrelevancia y el anonimato.
Medimos nuestro peso en la comunidad y entre nuestros amigos, en función del número de seguidores, los “likes” etc. Mi hija tiene por costumbre hacerse un “selfie” media hora antes de salir y, no pocas veces, se ha cambiado de look si no recibe de inmediato un determinado número de “me gusta” en su cuenta. Tal es la paranoia o esclavitud imperante. Cuando en alguna ocasión me habla de algún amigo o amiga de “insti”, si no tiene un minimo de seguidores en “Insta” o Twitter, siempre, indefectiblemente, será un “pringao”.
La legalidad es un impostura social, la ética, un valor humano
El PP se harta de reprochar por tierra, mar y aire a CD's que no se presente a la investidura en Cataluña siendo como fué la lista más votada, pese a constarle la ausencia de apoyos suficientes. Olvida que exactamente eso mismo fue lo que manifestó Mariano Rajoy en la penúltimas genererales, para rehuir la investidura, permitiendo así el intento de Pedro Sanchez. Consejos doy que para mi no tengo.
La semana pasada me tropiezo con un tuit del profesor de derecho constitucional y ex magistrado del TC, Joaquín Urias, por el que, en solidaridad con el condenado a pagar una multa por una fotomontaje con la cara de un Cristo, publica otro fotomontaje con su cara en el mismo Cristo, al tiempo que expresaba: “Bueno, pues como lo de condenar a un chaval por hacer un montaje de su cara con un Cristo me parece una barbaridad… me solidarizo. Un saludo a la Fiscalía!!” Me faltó tiempo para entrar en el hilo y expresar: “Respeto que no respetes o que te merezca más respeto la libertad de expresión que respetar al difunto Padre de los Cristianos pero ¿y si el fotomontaje lo fuera con la cara de tu difunto padre? Ahora espero hagas otro con una caricatura de Alá.”
Después J. Purias tuiteó una explicación jurídica a su postura pero sigue sin entender que el debate no es tanto la procedencia o improcedencia de la multa -que tampoco la comparto- como el reproche ético y sin paliativos de su conducta y la del condenado. Es la tutela del “todo no vale” frente al paradigma imperialista de que el ejercicio de la libertad de expresión es intocable y no conoce límites. Es la permanente superposición del plano legal sobre el ético y la confusión entre ambos. Que algo no tenga un reproche legal o penal, no necesariamente implica que sea ético o moral. La legalidad es un impostura social, la ética, un valor humano. Son universos distintos. Si como tuiteé, al insigne profesor no le haría gracia el mismo fotomontaje con la foto de su difunto padre, es claro que, consejos da, que para él no tiene.
AscoHastaLaNáusea