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El 80% de las personas que viven en zonas urbanas están expuestas a niveles de calidad del aire que exceden los límites recomendados por la OMS. Pero las diferencias son muy grandes y depende de las ciudades en los países de ingresos bajos y medianos con más de 100.000 habitantes
La Contaminación del aire perjudica gravemente la salud de las personas que viven en las grandes ciudades pero, también en este caso, los más perjudicados son los ciudadanos con menores recursos económicos.
El nuevo balance de la Organización Mundial de la Salud sobre calidad del aire muestra que más del 80% de las personas que viven en zonas urbanas (en las que se que se monitorea la contaminación) están expuestos a niveles de calidad del aire que exceden los límites recomendados por esta entidad de la ONU. Pero las diferencias son muy grandes en relación al nivel económico: mientras que el 98% de las ciudades en los países de ingresos bajos y medianos con más de 100 000 habitantes que no cumplen con las directrices de calidad del aire de la OMS, en los países ricos, la contaminación afecta al 56% de las ciudades.
La situación global no mejora
los niveles de contaminación atmosférica urbana aumentó a escala global en un 8%, a pesar de las mejoras en algunas regiones. “En general, los niveles de contaminación del aire urbano fueron los más bajos en los países de altos ingresos, con niveles más bajos de mayor prevalencia en Europa, las Américas y la Región del Pacífico Occidental”, destaca la OMS.
Pekín vuelve a alerta amarilla por contaminación atmosférica
Los más altos niveles de contaminación del aire urbano se experimentaron en los países de bajos y medianos ingresos en el Mediterráneo Oriental y el sudeste de Asia Regiones, con niveles medios anuales menudo superior a 5-10 veces los límites marcados por la OMS.
En el Mediterráneo Oriental y Asia Sudoriental regiones y países de bajos ingresos en la región del Pacífico occidental, los niveles de contaminación del aire urbano se ha incrementado en más de un 5% en más de dos tercios de las ciudades.
En los últimos dos años, la base de datos disponible en la OMS - que ahora abarca 3.000 ciudades en 103 países - casi se ha duplicado, con más ciudades medición de los niveles de contaminación del aire y el reconocimiento de los efectos en la salud asociados.
La OMS recuerda que a medida que disminuye la calidad del aire urbano, el riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedad cardíaca, cáncer de pulmón, y crónica y las enfermedades respiratorias agudas, incluyendo el asma, aumenta para las personas que viven en ellos.
”La contaminación atmosférica urbana sigue aumentando a un ritmo alarmante, causando estragos en la salud humana”, dice la doctora María Neira, Directora, Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud. “Al mismo tiempo, la conciencia va en aumento y más ciudades están supervisando la calidad del aire. Cuando la calidad del aire mejora, respiratoria global y enfermedades relacionadas cardiovasculares disminuyen “, recuerda Neira.
¿Cómo se predice la contaminación en las ciudades? En las grandes ciudades del mundo la contaminación del aire supone un importante problema de salud pública, y los científicos llevan años trabajando en desarrollar sistemas para predecir el nivel de polución que habrá en las urbes cada día. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Castilla la Mancha ha desarrollado, usando técnicas de geoestadística, un modelo que permite predecir los niveles de contaminación por óxido de nitrógeno en un lugar y tiempo determinado. En las ciudades existen estaciones de seguimiento de polución, que miden las concentraciones de distintos agentes contaminantes del aire. Como no se pueden colocar estaciones en todos los lugares, es necesario deducir, a partir de los datos existentes, como van a variar los niveles de polución en el espacio y en el tiempo. Por ejemplo, a nivel espacial la contaminación depende de otros factores como las corrientes de aire y el diseño de la ciudad, por lo que el nivel es diferente de unas zonas de la ciudad a otras. A nivel temporal sucede lo mismo: la contaminación no es igual en las horas punta, o en verano.
Los investigadores, que publican su trabajo en la revista Computers, Environment and Urban Systems, han utilizado el krigging, una técnica de geoestadística que se aplica para temas muy variados como la predicción de la evolución del precio de la vivienda o el análisis de la influencia de la sequía sobre un ecosistema, para desarrollar un modelo predictivo en la Comunidad de Madrid. En esta región existen 27 estaciones de seguimiento de la polución, lo que la convierte en una de las ciudades del mundo con mayor ratio de estaciones de seguimiento por habitante y kilómetro cuadrado. Debido a ello, se dispone de una enorme base de datos que ha medido, entre 2001 y 2010, cada hora de contaminación en los distintos municipios de Madrid. Los investigadores han representado todos estos datos mediante funciones y han modelizado las relaciones temporales de las mismas. “Nuestro sistema posibilita que predigamos, por ejemplo, la contaminación que habrá mañana a las 8 horas en la glorieta de Cuatro Caminos de Madrid”, ha explicado a SINC José María Montero, uno de los autores del trabajo.
¿Cuál es la diferencia entre contaminación atmosférica urbana y contaminación del aire en interiores? ¿Influye aquella en esta y a la inversa?
La mayor parte de la contaminación del aire es obra del ser humano y se produce por la combustión ineficiente de combustibles fósiles o de biomasa; por ejemplo, los gases de escape de los automóviles, los hornos o las estufas de leña.
La contaminación atmosférica urbana es la que padecen los habitantes de las ciudades.
La contaminación del aire en interiores designa la presencia de contaminantes en los espacios cerrados. La causa principal es la combustión ineficiente que se produce por el empleo de tecnologías rudimentarias para la cocción de alimentos, la calefacción y el alumbrado. Existen también contaminantes naturales del aire en interiores, como el radón, y sustancias químicas contaminantes presentes en los materiales de construcción y los productos para la limpieza que también afectan a la salud.
La contaminación atmosférica urbana puede influir de manera considerable en la calidad del aire en interiores, sobre todo en las casas muy ventiladas o en las situadas cerca de fuentes de contaminación. A la inversa, las fuentes de contaminación del aire en interiores pueden ser causa importante de contaminación atmosférica urbana, especialmente en las ciudades donde muchos hogares queman combustibles de biomasa o carbón para calentarse y cocinar.
Las grandes ciudades europeas nos llevan la delantera. Así luchan las grandes ciudades contra la contaminación. La contaminación por motores diésel que sufre la vieja Europa no afecta tanto a los países al otro lado del Atlántico.
Madrid no es la única gran ciudad donde la contaminación obliga a tomar medidas, a veces controvertidas, para mejorar el aire que respiramos. Varias son las capitales en las que las administraciones aplican protocolos que afectan al tráfico rodado para paliar un medioambiente con alta polución. Cortes al tráfico, circulación alternativa por matrículas, pago de tasas… son algunas de las soluciones anticontaminación que ya nos obligan a replantearnos la movilidad en las grandes ciudades.
En la capital española, además de los cortes en grandes avenidas como la Gran Vía, de restricciones al centro, de límites en la M30, también se contempla ahora la posibilidad de rebajar la velocidad a 30 kilómetros por hora en toda la almendra central.
Por su parte, en Barcelona, el Área Metropolitana tiene previstas dos fases de actuación para hacer frente al problema. Una primera con restricción para los vehículos sin la etiqueta de la DGT que les acredite como poco contaminantes y que incluye la habilitación de carriles bus-vao, la potenciación del transporte público, la limitación de la circulación de taxis y la regulación de aparcamiento.
En la segunda fase se implantaría la circulación por matriculas pares o impares. Dentro de este protocolo también se incluye la ampliación de las vías para las bicicletas, la regulación de semáforos, el cierre de calles al tráfico y la reducción de la velocidad.
Frente al problema, dependiendo de ciudades y continentes, se recomiendan diversos tipos de medidas, desde el transporte público hasta controlar la polución de la industria
Por su parte, en Valencia se ha delimitado la ciudad en 30 zonas y se prevé la reducción del tráfico en algunas de ellas según el grado de polución. El Ayuntamiento tiene previsto, asimismo, la rebaja de la velocidad en los accesos y el corte al tráfico rodado de algunas calles.
Guerra a los diésel
Sin embargo, estas medidas anticontaminación que asombran en nuestro país por su novedad se llevan aplicando desde hace tiempo en otras ciudades europeas. Ya hace varias semanas que París restringió su tráfico por matrículas a causa de los altos niveles de emisiones nocivas que sufría la ciudad. Es decir, que se prohibió la circulación de vehículos pares o impares durante cuatro días consecutivos. A cambio el ayuntamiento parisino ofreció esos días un transporte público gratuito. Las restricciones también afectaron a 22 poblaciones de la periferia parisina.
Ya hace varias semanas que París restringió su tráfico por matrículas a causa de los altos niveles de emisiones nocivas que sufría la ciudad
Estos protocolos completan las políticas anticontaminación que la capital francesa puso en marcha el pasado verano, mediante las cuales los coches matriculados antes de 1997 -diésel o gasolina- no pueden circular por el centro en ningún caso. Las restricciones van ampliándose con la idea de prohibir en 2025 la entrada de todas las versiones de gasóleo, independientemente de su antigüedad. También existe en la capital de Francia la catalogación de los vehículos por adhesivos medioambientales -con seis categorías- que delimitan el acceso a la ciudad. La circulación por matrículas se ha aplicado, igualmente, en otras ciudades francesas como Grenoble.
Desde 2008, en Berlín se están tomando medidas restrictivas al tráfico cuando la mala calidad del aire así lo exige. Desde entonces, el centro de la capital está vetado a los vehículos que no dispongan del certificado de bajas emisiones. Con estas medidas se estima que la ciudad ha reducido su contaminación desde 2012 en un 50%.
Londres es una de las capitales europeas con un índice de contaminación más alto. Y ya se está trabajando en un protocolo, que entrará en vigor en 2020, por el que se crearán diversas zonas de bajas emisiones. Mientras tanto en la capital británica se aplica una tasa de lunes a viernes a los vehículos que entran en el cinturón más céntrico.
En la capital británica se aplica una tasa de lunes a viernes a los vehículos que entran en el cinturón más céntrico
En la ciudad belga de Amberes, a partir de 2017 se restringirá permanentemente la zona centro a vehículos de gasolina o diésel de alta contaminación, unas medidas que irán endureciéndose hasta llegar en 2020 a unas restricciones para el 20% de los vehículos.
En Roma, entre lunes y viernes solo pueden acceder al centro los residentes o trabajadores pagando una cuota previa. Tanto en la capital como en Milán se puede prohibir la circulación por el centro a todos los vehículos según el grado de polución del aire. También se aplica la circulación por matrículas.
En Estocolmo se limita el tráfico rodado en el centro desde 1996. El área es de pago y se vigila con un sistema de reconocimiento de matrícula. Esta tasa se destina a buscar nuevas soluciones anticontaminación.
California, un aire irrespirable
La contaminación por motores diésel que sufre la vieja Europa no afecta tanto a los países al otro lado del Atlántico. En Estados Unidos o México, donde la cuota de modelos de gasóleo no supera el 3% -en Europa es de más del 50%-, la suciedad llega al aire desde otras fuentes. Sin embargo, el estado de California, el más contaminado del país, prepara una normativa para prohibir en 2023 la circulación de todos los vehículos propulsados por este tipo de combustible y matriculados antes de 2010. Por su parte, la capital mexicana ya ha anunciado que en 2025 prohibirá totalmente el tráfico de automóviles diésel.
La reciente publicación de un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló un dato estremecedor: ocho de cada diez ciudadanos del mundo respiran un aire con niveles de contaminación que superan los límites tolerables.
Los efectos más drásticos de esta polución se sienten en las poblaciones de bajos recursos. El trabajo, que renueva los parámetros de la calidad del aire en un entorno urbano, estableció una lista con las 20 ciudades más contaminadas del mapa. Están todas localizadas en Asia y el Medio Oriente.
La investigación estima que el 98% de las ciudades de bajos ingresos con más de 100.000 habitantes no respeta las normas internacionales cualitativas de calidad del aire establecidas por la OMS. En los países más ricos, el porcentaje cae abruptamente al 56% sin dejar de encuadrarse en una cifra preocupante.
La tendencia se acrecienta en los países menos desarrollados
Esta nueva base de datos duplica el volumen estudiado en la última estimación que data de 2014: y abarca a 3.000 ciudades situadas en 103 países. La tendencia registra un incremento de un 8% de los niveles de concentración de partículas finas en las zonas urbanas en comparación al rango de cinco años atrás.
La OMS recomienda limitar las emisiones industriales, impulsar las energías renovables y dar prioridad al transporte público y las ciclovías.
Mediante un ensayo de extrapolación informativa podría certificarse que más de la mitad de la población urbana vive en ciudades con una media de contaminación ambiental casi tres veces mayor que la tolerable y que apenas un 16% respira un aire permitido por las directrices aconsejadas.
El umbral máximo fijado por la OMS es de 20 microgramos por metro cúbico para la concentración media anual de partículas finas PM10 en el aire, estas atacan directamente la salud por su facilidad de introducción en los pulmones y el torrente sanguíneo. Asimismo, la agencia sanitaria de las Naciones Unidas atribuye a la contaminación del aire las más de siete millones de muertes anuales, causadas por la elevada concentración de partículas pequeñas y finas que provocan enfermedades como cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias, y aumentan el riesgo de derrame cerebral y las cardiopatías.
Según datos de la OMS por año hay más de siete millones de muertes relacionadas a la contaminación ambiental
De acuerdo al cuadro suministrado por el organismo internacional, la ciudad más contaminada del mundo es Onitsha, una urbe de exponencial crecimiento en Nigeria, que registró un nivel 30 veces superior a los estándares tolerables de partículas PM10. Peshawar, en Pakistán, ocupa el segundo lugar y Zabol, en Irán, se ubica en la tercera posición. Las 20 ciudades con la peor calidad del aire están localizadas en el Sureste de Asia y en el Oriente Medio, y repiten como patrón común ser una economía emergente. Nigeria, Arabia Saudita, India e Irán dominan el ranking.
Buenos Aires es una de esas 3.000 ciudades que respiran malos aires: registra 26 microgramos por metro cúbico como promedio anual, un equivalente a un 30% más de lo recomendable. Si bien estas cifras están bastante alejadas de los niveles más preocupantes del globo, el monitoreo nacional es parcial y limitado.
Las estaciones de medición se encuentran en La Boca, Barrio Norte, Parque Centenario y Bahía Blanca según las estadísticas suministradas por el Sistema de Estadística Ambiental, dependiente del Ministerio de Ambiente de la nación. En Chile, por ejemplo, el sistema de monitoreo se extiende a 23 ciudades. Coyhaique, en el país trasandino, es la ciudad latinoamericana con peor calidad del aire, seguido por Lima en Perú y La Paz en Bolivia.