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Tímidamente se ha venido abriendo paso el Cinsault en la cultura vitivinícola en Chile. Es una cepa cada vez más conocida y valorizada por los amantes del vino y exploradores de sabores y aromas. Algunos dicen que es originario del sur de Francia, otros en cambio apuntan que es del norte de África.
El Cinsault de Casa Nicolas proviene del Secano interior de la zona de Cuaquenes, y tiene denominación de origen. Es vino de autor y sus uvas se obtuvieron de parras centenarias del Valle de Tutuvén, en la región del Maule, cuyas condiciones climáticas propician la maduración de sus uvas que luego se transforman en un vino joven y con un intenso aroma frutal.
Cada una de las 755 botellas producidas por Viña Casa Nicolas tienen el sello de rescate patrimonial. Es un vino monovarietal (100% uva Cinsault) equilibrado, sin filtrar y no industrializado. Es un vino fresco, ligero. En nariz destaca frutos rojos como cerezas y frutillas y es fácil de beber. De color rojo violáceo intenso, se puede acompañar con pescados, verduras grilladas, pollo y pavo. Es un vino que goza de un gran potencial.
Diego Nicolas Novoa, emprendedor vitivinícola, dueño y enólogo de Casa Nicolas, señala que su búsqueda de cepas por distintos valles que rescaten el terroir y sus características, la compra de uvas a precio justo, con historia y rescate patrimonial obedece a su pasión por la chilenidad y las costumbres de antaño, a una responsabilidad social que ha estado presente por años en su familia. Por eso, prefiere seguir produciendo a pequeña escala y dedicarse a crear el vino que finalmente disfrutarán los amantes del vino: un vino hecho con dedicación capaz de enamorar, de provocar sensaciones y de entregar una experiencia inolvidable.