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Elettra Lamborghini, sufriendo un mareo en plató.
Qué noche la de aquel día, amigas y amigos.
La gala de anoche de Gran Hermano VIP tuvo más tensión que los cables del puente de San Francisco.
Ya sabéis que anoche yo estaba en Guadalix, participando en la rueda de prensa que se preparó para que los medios de comunicación pudiéramos preguntar a las cinco finalistas nuestras cositas.
En la sala de prensa donde hicimos el evento no pudimos ver la gala, pero por lo que he podido indagar se lió parda, pero pardísima en el plató, donde pasaron más cosas que en una peli Fast and furious.
En primer lugar, Aída y el marido de Irma Soriano, Mariano, que se aman como se amaban los Bárbaros y los Romanos, se enzarzaron en una discusión (esto les pasa muy a menudo) que por lo que me cuentan rozó lo físico y por lo que al volver de una publi ellos no estaban en sus asientos.
Más que nada porque estaban intentando calmarlos, que en ese momento los sueltas en un circo romano y los gladiadores salen corriendo acojonados a lomos de los leones, y no era plan de que aparecieran en directo como un basilisco con almorranas.
Después de un rato largo y de preguntar por ellos Jordi González a ver si habían acabado de matarse o seguían vivos, volvieron a plató.
No fue el único broncón de la noche: Elettra y Daniela después de la primera ronda de preguntas volvieron a la casa y comenzaron a discutir como si estuvieran negociando el precio de un Renault 5 tuneado. Fue un broncón de los que crean afición, de los que te pones a tenerlos y aparecen autobuses de los de techo abierto llenos de japoneses haciendo fotos.
Eso lo medio vi, porque cuando volvieron a la sala de la rueda de prensa venían discutiendo un poco. He visto abordajes de corsarios del siglo XVI que se hacían con menos cabreo que el que traían ellas dos.
Y claro, a Elettra, que tiene más ego que una diva, se quedó tiesa cuando se anunció poco después que ella era la expulsada. Se lo tomó muy a bien, pero a bien que si le das un mechero monta una que lo de Nerón con Roma se queda en una fogata para asar salchichas.
Y el vapuleo para la italiana no quedó ahí, porque después llegó a plató y le pusieron el vídeo de su padre cambiando de color de labios, enfurecido como un alacrán con problemas de autocontrol y dándole un manotazo a su madre y se mareó.
"Me estoy mareando, me siento mal", le dijo a Jordi, que al principio pensó (luego pidió disculpas por eso) que se estaba meando y después, que Elettra estaba de vacile. "¿Puedes tardar en caerte 4 minutos?", le dijo Jordi.
"Hola, veo que te has caído en la trituradora de metal y tus piernas se están haciendo puré, ¿puedes esperar hasta la publi para espicharla?" Una cosa así.
Finalmente Jordi se dio cuenta de que la cosa iba en serio (la verdad, casi todos pensaban que no iba en serio, no se lo reprocho) y los regidores entraron en plató para sujetarla y conectaron corriendo con Guadalix (podéis verlo aquí, en la web de Gran Hermano).
"Ha perdido un poco el equilibrio, pero no pasa nada porque la van a cuidar y aquí tenemos médicos en plató", explicó Jordi más tarde. Bueno, espero que esté bien, seguro que sí, porque no me cae nada bien, ya lo sabéis, pero no le deseo mal a nadie.
Respecto a lo que pasó en la sala de prensa, os digo que se quedaron todas muy descolocadas. Sobre todo las antidanielistas, o sea, todas, porque aunque también había fans de Aly, la mayoría de los presentes coreaban a Daniela como ganadora y aplaudían cada una de sus palabras.
A Daniela la vi espectacular pero tristoncilla/preocupada/yo que sé a pesar de ese apoyo clamoroso. A Irma... en fin, con su sonrisa de comercial de dentífricos que si va paseando por un cementerio y aparecen seis tíos con motosierras y máscaras de payaso les sonríe igual por no quedar mal.
A Aly la vi en su línea, riéndose (o haciendo como que se reía) con todo e intentando pasar el trago. A Emma... no sé, no la vi. Es como si llevara puesta siempre una capa de invisibilidad.
¡Qué gala!