¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Bari escriba una noticia?
Entrevista de Paco Rivera a Vitaliano de la Cruz el 20 de Mayo 2014 en Lugo durante la presentación de su novela "La Catedral de los sueños"
Estas son las preguntas y respuestas de una extensa entrevista que Paco Rivera magistralmente narra y comenta en su sección semanal de la Revista del Diario El Progreso de Lugo: Cena y copa con... Vitaliano de la Cruz. Fue publicada el día 7de junio 2014.
1) Datos personales: nombre completo, lugar de nacimiento, edad, profesión, estudios, familia…
Vitaliano de la Cruz Arnaiz. Nací en Espinosa de Cerrato (Palencia) el 3 de julio de 1952.
Soy profesor de Inglés en Secundaria en el Colegio Maristas-Chamberí, Madrid. Llevo 32 años dedicado a mi actividad docente. Estudié Filología Inglesa en el Colegio Universitario de Lugo 1º, La Universidad de Santiago de Compostela 2º y terminé en la Universidad Complutense de Madrid, 3º, 4º y 5º. Procedo de una familia labriega numerosa, con mis padres que tuvieron una hija, la mayor, y cuatro hijos (yo soy el penúltimo) de la Castilla profunda. Mis primeros estudios los hice en la escuela del pueblo y después en el Colegio San Agustín, Padres Agustinos, de Palencia.
2) Cuando eras pequeño, ¿qué querías ser de mayor?
De pequeño, como casi todos los niños de nuestra época queríamos ser toreros y futbolistas. A mí me gustaba ser portero de fútbol y cuando jugábamos en la escuela o las eras del pueblo siempre ocupaba esa posición que había aprendido viendo los partidos del Real Madrid, Barcelona CF en las competiciones Europeas y la Selección Española en la única televisión en blanco y negro que había en el pueblo. Siempre tenía un balón en las manos y jugaba con los demás niños a parar; me gustaba mucho lanzarme y atraparlo, saltar, volar... ya desde entonces tenía un sueño y quería emular a mis ídolos de la portería, Iribar sobre todo, quería ser como ellos.
3) En principio ibas para cura. ¿Por qué lo dejaste?
En esos años de escasez, miseria e ignorancia tuve la gran suerte de que mis padres me enviaran por mediación del Padre Nicolás Castellanos, luego Obispo de Palencia y Premio Príncipe de Asturias, a los P.P. Agustinos de Palencia a estudiar. Creo que casi toda la gente de mi generación pasamos por estos centros educativos, los famosos internados, donde tuvimos la fortuna de poder prepararnos y aprender para el día de mañana. No cabe duda de que te preparaban y educaban para la vida pero sobre todo para que fueras sacerdote agustino. A mí me gustaba en un principio, pero luego me fui dando cuenta que no tenía verdadera vocación y que me atraía más la portería. Llegó un momento que no pude continuar y abandoné el convento de La Vid con la intención de perseguir mi sueño y luchar por ser portero de fútbol. Esa ilusión me salvó de muchos malos momentos e incertidumbres ante mi futuro.
4) ¿Cuáles fueron tus inicios en el fútbol?
Mis inicios infantiles fueron en el pueblo correteando detrás de un balón, saltando entre las junqueras del prado con la compañía de las ranas y mariposas multicolores, emulando a mis porteros favoritos. Después ya, cuando estaba en el colegio. Pronto comencé a jugar en los equipos infantiles y juveniles del colegio defendiendo la portería e iba haciendo mis progresos, destacaba y mis compañeros decían que era bueno. Poco a poco se estaba fraguando mi idea de ser portero de fútbol y triunfar en ese intento.
5) ¿A dónde pensabas que podías llegar?
Jugando con los juveniles del Palencia CF me daba cuenta de que me gustaba ese mundo del fútbol; entrenar, participar en las competiciones, ganar partidos; también, adquirir responsabilidad, defender tu portería, hacer un gran partido. Tenía muchas ilusiones y sueños. Siempre fui un gran soñador. Ese era mi refugio y con el fútbol me evadía de los malos momentos y situaciones desagradables que ocurrían en la vida cotidiana: estudios, compañías, vocación, desilusiones... De todos modos siempre tuve presente los sabios consejos de mis directores espirituales y amigos cercanos que me decían que pisara el suelo, que era muy difícil triunfar, llegar arriba pero yo lo intentaba con todas mis fuerzas.
6) ¿Sabías desde el principio que además de fútbol tendrías que hacer otra cosa de cara a un futuro a más largo plazo?
Sí, lo tuve muy presente durante esos años juveniles. No se me daban mal los estudios y jugar al fútbol me motivaba muchísimo para la concentración a la hora de preparar y estudiar las asignaturas. Era disciplinado y veía reflejado en los estudios mi aprendizaje debajo de la portería. Reflejos, trabajo duro y decisión. Por eso estudié una carrera, Filología Inglesa y proyecté en mis alumnos mi vocación por la enseñanza y ayudar a los demás.
7) Ahora hay agentes, representantes… ¿Cómo os “trabajabais” antes a los equipos?
Nunca tuve un representante. En esos años, creo yo, casi todos éramos nuestros propios representantes. Confiábamos en nuestra ilusión y valía a la hora de fichar por los equipos. Lo normal es que te hicieran una prueba, si recalabas en un club nuevo, y si la superabas, fichabas en ese club. Eso al principio, después ya iban siguiendo tus actuaciones, había "ojeadores" y daban el informe a los equipos. En mi caso, yo solo me las apañé para ir pasando por un equipo y otro hasta que me retiré. Debo de reconocer y siempre le estaré muy agradecido a mi entrenador José Luis Viesca que me fichó en el Club Lemos, CD Lugo y Pontevedra CF, los tres equipos gallegos. Esa fue mi gran suerte, confió en mí y yo le respondí con lo que mejor sabía: trabajar duro, valiente y decidido para defender la portería de nuestros equipos.
8) ¿Recuerdas cual fue tu primer sueldo en el fútbol?
No lo recuerdo muy bien. En los primeros equipos en Regional Preferente (Tercera División de ahora) eran primas y te pagaban la pensión. Con ese dinero ya tenías para vivir y pasar el mes. Yo nunca pedí nada de dinero a mis padres desde los 19 años más o menos que ya me dediqué a jugar al fútbol medio profesional. Sé que cuando fiché en el Club Lemos tenía un sueldo mensual, aparte de las primas y abrí mi primera cuenta bancaria en el BBVA de Monforte. Viví del fútbol y ahorré algo de dinero para cuando me retirara.
9) ¿Cómo llegaste al Lugo?
Llegué a Lugo procedente de Monforte. Defendí los colores del Club Lemos durante tres temporadas en 3ª División y en la última, aunque en conjunto no fue buena y no nos libramos del descenso, en el plano personal estuve bastante acertado y el CD Lugo se fijó en mí y me contrataron para la temporada siguiente.
10) ¿Conocías la ciudad?
No, solamente había venido a jugar contra el CD Lugo en el viejo Ángel Carro pero no había visitado la ciudad ni la conocía. Sabía que era una ciudad antigua, la capital de la provincia, con una muralla romana enorme, poco más.
11) ¿Qué idea tenías de ella?
Según me iba mentalizando, pensaba que iba a una ciudad mayor que Monforte de Lemos, con otra proyección con más expectativas y oportunidades. Con eso no quiero decir que en Monforte estuviera a disgusto, al contrario, tuve un trato muy exquisito y me sentía como en casa, una ciudad acogedora y gente de buen trato y amable. Pero la capital imponía, con más habitantes, sede de todas las instituciones provinciales, más industria y un club de mayor categoría. La tenía idealizada, pensaba en las sensaciones que tendría al pasearme por su muralla, visitar la catedral, perderme por entre sus calles y convivir con sus gentes. Vine a Lugo con mucha ilusión y esperanzas.
12) Hazme un retrato de aquel Lugo de mediados de los 70
Básicamente tengo que asociarlo con el fútbol. Traté de integrarme lo más pronto posible en el engranaje del club y las exigencias del equipo. Vivía por y para el fútbol. Quería triunfar como fuera y tenía que demostrarlo. Lugo era una ciudad con tonos grises de piedra y pizarra, con lluvia, nieve, niebla y frío; una ciudad misteriosa y romántica para mí, por lo que me sentía muy a gusto paseando por las calles céntricas, visitando los edificios emblemáticos, parques y fuentes y rodeando la muralla, nunca estable, cómplice y confidente de todos mis sueños, pensamientos y emociones. Me gustaba el calor y ambiente acogedor de los bares y cafeterías; la buena comida y su gente amable, sincera y abierta. Me agradaba sobremanera el tono "meloso" y musical del idioma gallego.
13) ¿Cómo te fue aquí deportivamente?
No me fue del todo mal. Al principio me costó mucho la adaptación, el cambio. Venía de un club más familiar, más pequeño y en el CD Lugo había que demostrar desde el primer instante tu valía. Hice todo lo que puede por estar a la altura y Viesca me dio oportunidades para comenzar a volar por mi cuenta y demostrar a toda la afición y a la directiva que habían hecho buen fichaje. De todos modos tenía que competir con otros dos porteros, dos grandes figuras del equipo lucense, Dosi y Moncho, por un puesto. En la portería solo puede jugar uno, así que hubo luces y sombras; no fui titular toda la temporada pero me dieron algún partido y no quedé descontento. De todas formas podía haberlo hecho mejor y demostrar más mi valía. Circunstancias de la vida. La segunda temporada fue distinta. Estaba más asentado, más integrado en el equipo y en la ciudad y se notaba. Entrenaba todavía con más ganas y fuerza por ganarme el puesto y ser titular. Me llegó la oportunidad al final de la temporada que nos estábamos jugando el ascenso y tuve la gran suerte de continuar siendo titular hasta que finalmente logramos el histórico ascenso a la Segunda División B.
14) ¿Por qué te marchaste del Lugo?
Me fui muy apesadumbrado y triste de Lugo. Me tuve que marchar. Después de haber participado activamente en el éxito del ascenso del CD Lugo y con el regusto de haber probado las mieles del triunfo y el reconocimiento de mi valía por parte de todos los estamentos, sobre todo la afición, autoridades y medios de comunicación, me encontré ante la cruda realidad de que no contaban conmigo para la temporada siguiente. Otra trampa más en el camino que había que esquivar. Me afectó mucho, hay capítulos en mi novela donde lo describo. Cogí mi ligero equipaje y me fui, casi sin despedirme de Lugo, mi ciudad querida donde había sido muy feliz, camino de Pontevedra.
15) Aquí iniciaste tus estudios universitarios. ¿Qué influyó?
Así es. La primera temporada aquí coincidí con muy buenos compañeros de equipo. Uno de ellos, Luso, hermano de Tito, hablando un día de nuestras inquietudes y cosas me comentó que por qué no nos matriculábamos en COU nocturno, en el Instituto de Lugo. Yo, desde que abandoné el Convento, no había seguido con más estudios, no tuve la oportunidad ni ganas, tenía pánico a las matemáticas y así estuve bloqueado durante tres o cuatro años. Solamente había hecho unos cursos de Inglés en la Escuela Central de Idiomas. Pero Luso me dio mucha confianza y ánimos y nos apuntamos con unos resultados fabulosos ya que aprobamos los dos COU y la Selectividad en Santiago. En una de las entrevistas con Paco Rivera donde hablábamos de todo, además de fútbol, me sugirió la idea de hacer una carrera, le hice caso completamente y tuve la gran suerte de que hubiera Colegio Universitario en Lugo, creo que comenzaba ese curso, y me apunté a estudiar la carrera de Filología Inglesa. Estoy muy agradecido tanto a Luso como a Paco Rivera.
16) Cuenta las vicisitudes para terminar los estudios. Los tiempos de Madrid y del uso de los ahorros.
El curso en Lugo salió bastante bien pero al no continuar en el CD Lugo la temporada siguiente, vi peligrar mis estudios ya que en Pontevedra no había universidad. Me matriculé en la Universidad de Santiago de Compostela y fue muy duro. Vivía en Pontevedra y después de los entrenamientos viajaba con dos compañeros que vivían en Santiago e iba a la Facultad por la tarde y luego vuelta a Pontevedra por la tarde-noche, en tren o auto stop para llegar antes a casa. ¡Qué tiempos aquellos! Algunos días no iba a clase pero me empapé de Santiago felizmente para siempre. Como es de suponer, los resultados no fueron muy satisfactorios. La temporada siguiente vine a Madrid y me junté en Tercer Curso con un montón de asignaturas, las nuevas y las que había dejado en Santiago. Me esforcé mucho y saqué el curso a trancas y barrancas. Los dos últimos cursos de mi carrera, que ya había abandonado el fútbol, me los costeé con ahorros del fútbol y pude terminar mi carrera en cinco años. Benditos ahorros ganados con mi profesión de futbolista, que me permitieron vivir dos años en Madrid dedicado a los estudios y comprar un piso.
17) ¿Te costó encontrar trabajo?
No, afortunadamente acabé la carrera en junio del 82 y en septiembre tuve la gran suerte de que me ficharan los Maristas de Chamberí. Me dijo el Hermano Director, tú de aquí no te marchas... y hasta hoy. Muy agradecido, confiaron en mí y yo creo que los he correspondido con todo lo mejor que he sido capaz de darles, sobre todo mi entrega, honradez y amor a los colores…
18) ¿Seguiste vinculado al fútbol o al deporte?
Los primeros años sí, me involucré bastante. En el colegio sabían de mí, de que había sido portero de fútbol y yo también quería matar el gusanillo así que ayudé durante unos años al equipo de deportes entrenando porteros, equipos de fútbol sala y fútbol 11 y a otros deportes. Luego ya me cansaba mucho y me resultaba incompatible con las clases y tutoría por lo que me dediqué únicamente a mi actividad docente, aunque siguiera la leyenda curso tras curso hasta nuestros días.
Yo ansiaba llegar a lo más alto. Ser un portero famoso
19) Habla de tus más de 30 años dedicado a la docencia.
En pocas palabras, pues te escribiría dos o tres novelas. Ser profesor/educador ha sido mi verdadera vocación. En la enseñanza y la educación de mis alumnos he volcado todo mi saber, cariño y conocimiento para poner mi granito de arena en su crecimiento personal tanto en el aprendizaje del idioma Inglés como, sobre todo, en ayudarlos a ser buenas personas y horados ciudadanos. He sido muy feliz rodeado de adolescentes, viviendo sus inquietudes, sus días y sus noches... bendita juventud necesitada simplemente de que estés a su lado un momento esperando tu consejo, una palabra, un gesto afirmativo. La enseñanza ha colmado todas mis aspiraciones y he disfrutado ejerciendo mi profesión y vocación con mis alumnas y alumnos.
20) Habla de tu actividad como músico. Habla de los recitales de Lugo y de tus composiciones. También de los de la música de películas.
Componer canciones es otra de mis aficiones. Es un don innato que tengo que no sé de donde me viene. Siendo adolescente en el colegio ya componía canciones. Aprendí a tocar la guitarra y he de reconocer que sobre todo, en momentos difíciles de la vida, que todos los tenemos, la música, mis canciones, mi guitarra me han salvado, me han ayudado a seguir adelante, a luchar y superar cualquier contratiempo. El fútbol y la música han sido mis dos pilares secretos donde he fundamentado mi vida emocional y espiritual. Con lo nostálgica que es Galicia, en Lugo me encontraba como pez en el agua. Me inspiraba, componía canciones, estaba en mi mundo de los sueños. Todavía canto mis canciones compuestas en Lugo, después de casi 40 años, la vida es un soplo. Tuve la oportunidad de cantar en un recital benéfico con el Teatro Principal abarrotado y Amancio Prada como figura estelar. Me acompañaban dos componentes del grupo "O Carro" Chiruca y Antón Campelo. Inolvidables momentos. Tuve la fortuna de que eligieran una de mis canciones para una película y mira por donde, fue nominada a un Goya a la mejor canción. ¡Casi lo gano!
21) ¿Qué te movió a escribir el Libro?
Dos acontecimientos ocurridos el año pasado. Casillas cayó en desgracia y fue relegado al banquillo y además se lesionó. Todo un triunfador, mi ídolo, una estrella mundial pasaba por malos momentos. San Mamés, La Catedral, estadio mítico del fútbol, era demolido sin remisión. ¿Qué pasó? Pues que se removieron en mi mente un sinfín de vivencias personales durante mi trayectoria como portero de fútbol; además, yo había jugado en La Catedral, donde jugaba mi ídolo, Iribar e iba a desaparecer... Estos dos motivos fueron los pretextos para comenzar a novelar mi propia historia como guardameta desde mi más tierna infancia persiguiendo un sueño y emular a mis ídolos para convertirme en cancerbero, hasta que lo conseguí.
22) ¿Qué puede ofrecer como ejemplo?
Mi novela es un canto a los sueños y las ilusiones. Para mí son fundamentales en la vida. Tenemos que perseguir nuestros sueños, seguro que alguno se convierte en realidad. Mientras haya ilusión y sueños hay vida, hay ganas de vivir, crecer, superarte, intentar llegar a la cima. Te quedes donde te quedes, pero lo has intentado. En "La Catedral de los sueños" hay todo un manual de superación, de esfuerzo personal, de determinación por conseguir un objetivo. Disciplina, entrenamiento y trabajo en equipo para disfrutar de las mieles del triunfo, si llega el caso, pero sobre todo, tener la gran satisfacción del trabajo bien hecho y el deber cumplido.
23) Habla de los juguetes rotos en el deporte en general y particularmente en el fútbol. No hace falta que des nombres, pero sí sería interesante que te refirieses a casos concretos. La anécdota que me contabas de los veteranos del Real Madrid es muy interesante.
No he estado muy vinculado al mundo del fútbol pero es evidente que la fama y los ídolos de barro existen y han existido. De todos modos, es muy difícil que jóvenes futbolistas desbordados por las enormes cantidades de dinero puedan controlar sus reacciones a la hora de gastar, malgastar, presumir... dejarse llevar por el éxito. Son seres humanos y ahí considero que es fundamental estar bien aconsejados por gente experta, sobre todo, familiares y amigos y "no explotarlos". Preparando la presentación de mi novela aquí en Madrid, visité a los Veteranos del Real Madrid para que me acompañase alguno de mis ídolos que salen en la novela, al final vinieron dos porteros gallegos, Buyo y Agustín, y hablando de todo un poco, pues salió a colación el motivo de la agenda que tienen tan apretada para jugar partidos amistosos, sobre todo en el extranjero y que no era fácil contar con ellos. El principal motivo es recaudar dinero para ayudar a familias de ex-futbolistas del Real Madrid que lo están pasando mal... Así que figúrate en otros equipos y categorías.
24) ¿Cómo está lo de los seguros de los deportistas para luego cobrar la jubilación?; ¿no podrían darse de alta como autónomos para tener un retiro digno?
No estoy muy al tanto. Creo que en la AFE están trabajando al respecto por los derechos de los futbolistas. De todos modos, creo que es el mismo futbolista el que tiene que saber administrarse, pensar que es una carrera corta y que se tiene que preparar para el día después. Puede seguir vinculado al mundo del fútbol o bien puede estudiar o tener la mente en otros proyectos de futuro estable. Está muy bien tener y disfrutar de la fama, pero todos sabemos que es efímera.
25) Siendo como eras, con tus virtudes y tus defectos, ¿qué hubieras hecho en el fútbol actual?
Hubiera mantenido mi ilusión y mi sueño de ser portero de fútbol. Habría aprovechado las oportunidades y los medios tan avanzados como hay hoy en día para perfeccionar mis destrezas. También pisaría el suelo pensando que es muy difícil alcanzar la meta y lucharía al máximo por ganarme el puesto y disfrutar cada partido como el último y decisivo: intentar ser feliz volando y parando en "La Catedral de los sueños".
26) ¿Cuál ha sido para ti el mejor portero de la historia?
Como cuento en mi novela en mis años de niño y adolescente mi ídolo era Iribar, portero del Bilbao y de la Selección Española. También me impactó mucho Gordon Banks de la selección inglesa; unos apuntes que llegaron a mis manos con dibujos y fotos de sus paradas fueron fundamentales para mi aprendizaje en el arte de la portería. Yashine, el ruso. Después Miguel Ángel y García Remón, Buyo, Arconada, Zubizarreta, Urruti, Abel, Ablanedo...
27) ¿Y de los actuales?
Todos en general y cada uno en particular son dignos de admiración. Titulares y suplentes. De la élite o los más modestos. No quiero hacer distinciones. Como indico en la creación de esta novela Casillas aparece como mi ídolo por lo que significa para el fútbol español y mundial, ejemplo de dedicación y valía a la vez que modestia y ejemplo para los más jóvenes. Creo que es un portero con muchos valores futbolísticos, por supuesto, pero no cabe duda que admiro más sus valores como persona.
28) ¿Alguna vez intentaron comprarte?
No, nunca. En esa época ni ahora, no creo que hubiera ni haya ese tipo de sobornos. Éramos muy inocentes como para pensar en esos asuntos y además yo creo que los equipos no tenían sus arcas tan enriquecidas como para andar haciendo chanchullos.
29) Estas soltero, pero has tenido aquí una novia. Cuenta la historia que es muy bonita.
Son historias del pasado pero que continúan en el presente. Más que novia tenía y tengo una gran amiga, Montse. Nos conocimos en Monforte de Lemos y siempre le he estado muy agradecido por lo bien que se comportaron conmigo tanto ella como su familia durante mi estancia en Monforte, Lugo y Pontevedra. Una amistad que perdura con el paso del tiempo, aunque nos separe la distancia siempre hemos estado unidos por caminos distintos. Hay un capítulo en la novela que habla de nuestra maravillosa amistad, a ella se lo dedico.
30) ¿Cuáles son tus proyectos ahora que estás jubilado?
De momento me lo tomo como unas vacaciones, tengo que ir al Colegio todos los jueves cuatro horas. Así que no estoy desconectado de los alumnos, que me viene muy bien después de toda una vida entre adolescentes cuesta desengancharte y pasar de ellos. Eso nunca y aprovecho para dar algún consejo que otro y muchas palabras y gestos de ánimo y de tirar para adelante. Tengo ganas de descansar, viajar y disfrutar de Madrid y de otras ciudades de España. Sigo con mis ilusiones intactas de conseguir un "Número 1" o el que sea con alguna de mis canciones y también disfrutar con mis amigos y familiares de las pequeñas cosas que nos da la vida.
31) Hacía casi 40 años que no venías a Lugo, ¿cómo has encontrado la ciudad?
La he encontrado completamente cambiada. Venía con una idea preconcebida y bastante equivocada, pensando en aquellos años que nos tocó vivir en una España pobre y estancada en el pasado. Pensaba que era una ciudad, tranquila, conformista, aburguesada... ¡Vaya sorpresa más agradable que me he llevado! He visto una ciudad viva, limpia, cuidada, moderna, llena de energía positiva y más gran ciudad que entonces. He visitado lugares comunes donde solía pasear, alternar, convivir y me he sentido como en casa. Precioso todo, no quiero hacer distinciones. El paseo que di recorriendo la muralla quedará grabado en mi retina y mente mientras viva. El reencontrarme con viejos amigos ha sido una experiencia única y muy gratificante. Muchas gracias por todo, Lugo y sus gentes. ¡Puxa Lugo! ¡Viva Galicia!
32) Anécdotas, curiosidades...
- El partido decisivo contra el Naval en Reinosa Santander, el año del ascenso. Me dieron un golpetazo en la rodilla al principio del partido y apenas podía continuar pero me aguanté y Fariña, el defensa me preguntaba constantemente Vita, Vita, ¿estás bien? y yo le decía que sí, no podía fallar y no fallé en el último segundo del partido un balón a la escuadra y me estiré no sé como pude y lo paré... Me lo recordaba el otro día en la presentación el directivo que estaba allí presente en ese partido. Me hizo mucha ilusión. Lo narro en la novela.
- Otra. Me estaba jugando el fichaje por el CD Lugo y estaban los fotógrafos detrás de la portería y me dije para mis adentros, en cuanto tenga la oportunidad me lanzo con todas las ganas y estilo a por un balón a ver si salgo en la portada de la hoja del lunes... y salí, buena foto.
- Las comidas cuando veníamos de los partidos o íbamos a jugar a Asturias, Cantabria... en Casa Consuelo, Otur, cerca de Luarca.
Nos sabían a gloria esos chuletones de ternera asturiana o esos medallones de merluza del cantábrico... Saciábamos la sed y el hambre; de paso compartíamos nuestras alegrías o tristezas.
- A Manolín no le gustaba que llevara libros en los desplazamientos para estudiar y preparar los exámenes. Fútbol, solo fútbol.
- Cuando nos estábamos jugando el ascenso habíamos jugado en casa, ganamos uno cero y yo estuve bien sin problemas pero en el entrenamiento del martes nada más empezar, dentro del vestuario, Manolín se dirige a mí y me echa un broncazo... yo no rechisté, entendí el mensaje a la perfección y al instante: que no me confiara y ojo al próximo partido... buen entrenador.
- El abrazo que me dio Viesca, cuando jugamos el último partido en Lugo el día del ascenso contra el Arosa con Viesca como entrenador. En el pasillo que nos hicieron como campeones, me dio ese abrazo efusivo diciéndome que se alegraba mucho por mí y que me lo merecía. Me emocione mucho.
- Estrechar la mano de Di Stefano, la Saeta Rubia en la eliminatoria de Copa del Generalísimo contra el Rayo Vallecano equipo de primera división y jugar contra un equipo de primera.
- Jugar en San Mamés, la Catedral de los sueños; hay un párrafo en la novela donde lo describo al detalle, minuciosamente, disfrutando en cada palabra de todas las sensaciones y sentimientos que experimenté debajo de los tres palos. Solo por eso valió la pena tener un sueño, perseguirlo y verlo hecho realidad.
Mi novela es un canto a los sueños y las ilusiones. Para mí son fundamentales en la vida