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Unas 6.000 personas permanecen evacuadas en la región central de Argentina por las lluvias e inundaciones, aunque en algunas zonas mejoraron las condiciones meteorológicas, informaron fuentes comunales.
Según los datos provisionales, el temporal ha dejado un muerto y un desaparecido desde que comenzó a llover hace tres semanas.
Los temporales y anegamientos castigaron a las provincias centrales de Córdoba, Santa Fe, San Luis y Santiago del Estero, pero ahora podrían ensañarse con Salta, Chaco y Corrientes, en el norte y el noreste, según las estimaciones preliminares del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Otro desbordamiento del río Dulce, en la provincia de Santiago del Estero (centro), forzó nuevas evacuaciones, hasta elevar a 3.500 el total de personas damnificadas.
En Córdoba (centro), pudo verse de nuevo el sol, pero aún quedan unos 1.500 evacuados, dijo en una rueda de prensa el ministro de Desarrollo Social, Daniel Passerini. La situación, en cambio, sigue crítica en la pequeña localidad cordobesa de Idiazábal, donde el alcalde Eliberto Favalli, informó de que aún quedan poco más de un millar de personas fuera de sus hogares. "Se está amurallando el pueblo para tratar de evitar que entre el agua masivamente", dijo Favalli.
La ONG Greenpeace atribuyó esta semana las inundaciones a que las provincias "perdieron gran parte de sus bosques nativos originales por el avance descontrolado de la frontera agropecuaria, lo que las hizo mucho más vulnerables a las intensas precipitaciones".