Muchos millones de dólares. Esa podría ser la primera (y para muchos única) respuesta ante los cuestionamientos sobre lo que dejó la -otra vez- aclamada “pelea del siglo” que unió en el cuadrilátero a Floyd Mayweather Jr. y Conan McGregor. La premisa es conocida por todos, pero no está demás recordarla de nuevo, sobre todo para quienes esperaban un desenlace distinto: de las bromas de ver a un campeón en la disciplina de artes marciales libres y al mejor boxeador del siglo XXI, se pasó a la realidad bajo la forma del cuadrilátero. El resultado no podía ser más que lógico: ganó Floyd Mayweather Jr. Y algo nos deja para la reflexión, que no de sus millones de dólares.

La resistencia de McGregor

Desde la afición, el público presente, los medios, y las casas de apuestas, se sabía que la balanza estaba inclinada para el lado de Floyd Mayweather Jr. “Money” sabía que estaba en su ambiente y nosotros también. Tanto como lo están nuestros ojos al ver buenas ofertas en cruceros.

Pero lo que nadie esperaba es que McGregor tuviera la resistencia que no tuvo, por ejemplo, el Canelo Álvarez y que soportara por eso hasta el décimo asalto (estando ya entregado desde el octavo). Jugando o no, incuso McGregor llegó a decir que si el árbitro no hubiese declarado un knockout técnico, hubiese podido seguir. La tenacidad es de apellido irlandés.

El retiro espectacular de Floyd Mayweather Jr.

Con esta pelea, las estadísticas de Mayweather llegan al tope en el que siempre lo imaginamos: el estadunidense se retira con un impresionante número de 50 victorias conseguidas, 27 de ellas por la vía del knockout directo, y ninguna, ¡sí, ninguna!, derrota.

Son números impresionantes para el que es considerado el mejor boxeador de los últimos 20 años, y, por ende, el mejor del siglo XXI. Su boxeo ante McGregor fue una buena demostración de su sello: un boxeo táctico, meditado, cuidadoso. Que el descontrol venga del rival, no de mis guantes: esa es su premisa.

El abrazo fraternal

 Tal vez una de las expresiones más destacadas de la noche fue el abrazo inmediato y sincero que se dieron los dos luchadores luego de que los jueces declararan que Mayweather fue el ganador del compromiso.

Lo que viene no sorprende ni levanta sospecha: el cobro de ambos luchadores ante una taquilla realmente sorprendente. Mayweather promedia llevarse 300 millones de dólares por el compromiso, mientras que McGregor un poco más de 70. El cuadrilátero sigue siendo una mina de oro y propiciando buenos espectáculos.