Guajolotes salvajes, comedia

 Por BENJAMIN BERNAL

Un excelente estreno que tiene todo para gustar al público mayor, quizá menos a los jóvenes. Tiene frescura, buenos gags, ritmo, con 20 minutos de más, que se podrían acortar eliminando algunas escenas con narrativa que poco aporta. Dos horas veinte de duración no la hace más atractiva.

El título es interesante. porque hace referencia a sentirse extraño en un mundo donde todos son iguales  <¡coro, coro, coro!>.

Margarita Gralia esta en un un nivel de excelencia, como es usual en ella. Lo mismo que Bety Moreno, hace brujería por doquier y a toda hora, Raquel Garza que es como la personaje central de Seis personajes en busca de autor, siempre agachada, pero que logra momentos teatrales de altos vuelos.

Roberto Blandón como siempre brillando en todo lo que toca, es un escritor de textos teatrales de closet; en esta feria de referencias teatrales es un gran reto reconocer a quién trató de citar el autor: Christopher Durang, norteamericano. Le atino usted si dijo Anton Chejov, ya que nos lanza a Vania, Masha.

En una familia que ha fallado, no es funcional, no. Pero eso es lo que la hace divertida. Mientras Margarita Gralia oculta su intencion de vender la casa, los demàs le hacen Vudu, en una escena magistralmente realizado por Bety Moreno, a la que voy a partir de hoy a darle regalos y prebendas <para no sentir lo que sufre la Gralia>.    

Una familia que ha fallado, no es funcional, no. Pero eso es lo que la hace divertida

Sergio Lozano y Alexa Martín muy bien sus papeles casi secundarios, pero importantes a la trama; quien no ha padecido de una agradable charla interrumpida por las interrupciones de twitts, facebookazos, instagrams a morir. Se justifica diciendo que es multitask. 

Buen ritmo en general, escenografía adecuada, vestuario logrado al máximo y la música es buenísima para la gente de más de cuarenta.

Un gran estreno.

Festejamos al final, el cumpleaños de Morris Gilbert, quien invitó taquitos y tequila a todo mundo.

Muy buen estreno, en el foro Ignacio López Tarso, si, el de las butacas que reclamaba Ortíz de Pinedo a la ex Alcaldesa.

Pero esa es otra historia.