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La piel de la cara es un indicador de nuestro estado de salud y, además, su apariencia puede tener influencia en nuestra autoestima, ya que el rostro es la parte más visible y expuesta de nuestro cuerpo. Esto hace que también sea la más propensa a sufrir agresiones de agentes externos
Te encuentras entre las personas que solo usan protector solar facial en verano? ¡Entonces es hora de que empieces a hacerlo el resto del año! Si bien es cierto que es en esta estación cuando la radiación es más intensa, el rostro también está expuesto a la luz solar durante la primavera, el otoño y el invierno, motivo por el que es importante protegerlo siempre. No hacerlo puede tener consecuencias para la salud de tu piel, como vamos a explicarte en este artículo.
¿Qué es la piel?
La piel es mucho más que la capa que recubre todo nuestro cuerpo: es un órgano -el más grande del ser humano- encargado principalmente de protegernos de todos los agentes externos que puedan resultarnos dañinos, como los elementos químicos, radiaciones, infecciones, etc.
Además de esta importante función protectora, la piel regula la temperatura corporal y la pérdida de agua, permite la síntesis de la vitamina D y nos aporta el sentido del tacto.
Como ves, la piel desempeña importantes cometidos en nuestro organismo, por eso es fundamental cuidarla para evitar el desarrollo de alteraciones en la piel como la piel sensible, entre otros y usar protector solar facial a diario, y corporal en las ocasiones en las que la exponemos al sol. El protector solar se aplica en la capa más externa de la piel, cuya estructura veremos en el siguiente apartado.
Las tres capas de la piel
¿Qué tipo de piel tienes en función de la sensibilidad al sol?
¿Sabes qué tu tipo de piel te hace más o menos susceptible a los efectos del sol o al cáncer de piel?
Los tipos de piel, en función de su tonalidad, se engloban en seis grupos o fototipos, en función de su tonalidad: las más pálidas (I y II) presentan más riesgo de cáncer de piel y son más fotosensibles, mientras que en las más oscuras (V y VI) este es menor, lo que no quiere decir que no deban protegerse.
Tipo de piel I
Si jamás te bronceas y es muy habitual que te quemes a causa del sol, es probable que tu piel sea de este tipo. Usa un buen protector solar con FPS (Factor de Protección Solar) de 50 o total, ya que tu piel es más vulnerable al melanoma y otros tipos de cáncer de piel. Es más, lo más recomendable para protegerte del sol es evitarlo buscando siempre la sombra, sobre todo durante las horas de máxima radiación ultravioleta (entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde). También debes poner especial cuidado en hacer revisiones dermatológicas al menos una vez al año y prestar atención a cualquier lunar o mancha sospechosa.
¿Qué Son los Protectores Solares?
Tipo de piel II
Es una piel ligeramente más pigmentada que la de tipo I, pero también es habitual que sufra quemaduras a causa del sol, y rara vez se broncea. Por eso, si perteneces a este grupo, los consejos son los mismos que en el caso anterior, debes usa protectores solares faciales y corporales con alto FPS y evitar el sol durante las horas de más radiación. De este modo contribuirás a prevenir el desarrollo del cáncer de piel.
Tipo de piel III
Si tienes este tipo de piel te bronceas de forma gradual, pero a veces también te quemas a causa del sol. Aunque tu fototipo sea algo más resistente a la radiación, sigue siendo susceptible al daño, por lo que debes protegerte de la misma manera para prevenir el desarrollo del cáncer de piel.
Tipo de piel IV
Si tu piel pertenece a este grupo, te broncearás con facilidad y no te quemarás de forma habitual. Sin embargo, no estás libre de riesgo: usa protector solar facial y corporal de protección media y evita el sol durante las horas de mayor radiación. Del mismo modo que en los casos anteriores, presta atención a manchas sospechosas en tu piel y realiza una vez al año revisiones dermatológicas.
Tipo de piel V
Este tipo de piel se broncea fácilmente, y casi nunca se quema. Si es tu caso, no dejes de utilizar protección solar, ya que puedes prevenir el fotoenvejecimiento causado por los rayos UV tipo A. También es importante realizar las revisiones anuales ya que este tipo de pieles pueden desarrollar melanoma lentiginoso acral, que por lo general aparece en zonas del cuerpo no expuestas al sol, y su detección suele ser tardía.
Tipo de piel VI
El fototipo de piel VI corresponde a personas de piel muy oscura. ¿Significa esto que no tienen riesgo de desarrollar cáncer de piel? Lamentablemente, no. Como acabamos de comentar, existen cánceres de piel que son más frecuentes en pieles oscuras, por eso siempre es importante seguir las recomendaciones básicas como las que vemos en esta infografía..
La importancia del protector solar facial
La piel de la cara es un indicador de nuestro estado de salud y, además, su apariencia puede tener influencia en nuestra autoestima, ya que el rostro es la parte más visible y expuesta de nuestro cuerpo. Esto hace que también sea la más propensa a sufrir agresiones de agentes externos, motivo por el que tenemos que poner especial esfuerzo en su cuidado. Es muy importante usar protector solar facial cada día, ya que la piel del rostro está casi continuamente expuesta al sol y a los rayos UV de forma directa. Además, el grosor de la piel en esta zona del cuerpo es más fino, lo que contribuye a hacerla más frágil y vulnerable a la radiación solar.
¿Qué es la radiación solar?
La radiación solar es el conjunto de radiaciones que emite el sol, entre las que se encuentran los rayos ultravioleta (UV) y los infrarrojos:
¿Qué consecuencias tiene el exceso de sol en la piel?