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La calefacción en el hogar puede estar sujeta al suministro de gas o al reparto energético en caso de viviendas que posean calefacción central. Por otro lado, el agua caliente también puede estar incluido en el suministro de gas, así como en una caldera central.
De estas opciones, así como de la tarifa contratada, que puede estar regida por el mercado libre o por el mercado regulado, dependerá la factura y sus conceptos, que son fundamentales a la hora de comprender cuánta energía se consume y cuánto se paga por ello.
En cuanto al gas natural, dentro del mercado regulado, es la Tarifa de Último Recurso (TUR) aquella que determina los precios marcados por la Administración y a que pueden acogerse los clientes con un consumo inferior a 50.000 kWh/año. En estas facturas, serán fundamentales los siguientes puntos:
Por otro lado, en el mercado libre, la tarifa energética depende de las ofertas de la comercializadora por la que se tenga contratado el suministro. En este tipo de facturas, habrá que tener en cuenta otros datos básicos:
Para aquellos hogares que tienen contratada la calefacción central, la nueva normativa estableció durante el año pasado una facturación de los consumos diferente, más sencilla, tal y como indican desde Idealista. De este modo, el consumidor puede disponer de información más fiable sobre el consumo energético de su hogar.
Con esta nueva normativa, muchos consumidores han podido pasar de no tener factura de la calefacción, ya que se incluía en la cuota de la comunidad, a sumar este nuevo recibo a los habituales de luz o gas.
En cuanto a los datos que aparecen en la nueva factura de calefacción para aquellas instalaciones centrales, se encuentran: