El Reloj del Tiempo

El mundo está alejado de su realidad, en América Latina hablar en la actualidad de Estado- nación es utópica y tiene poco sentido. Por lo tanto, es menester revisar el semillero del desorden global y el pensador francés Alain Minc ha hablado en términos parecidos de un retorno a una nueva Edad Media, caracterizada por una profusión de conflictos, enemistades y zonas grises carentes de autoridad, una es el impacto de las guerras. Que da lugar a la prosecución a la carrera armamentista. Con todo lo espantoso, la II Guerra Mundial tuvo una mayor proporción de víctimas civiles.

La democracia incubada es espantosa.  Paso de lo bipolar a multipolar con la sombra de movimientos derechistas bajo la bandera de izquierda, como el G4 en Venezuela. Entonces observamos un sinnúmero de organizaciones cooperantes que trabajan a nivel global.

El Estado, siempre debe cumplir una función educadora y caracterizarse por su humanismo. Hoy, las universidades nacionales carecen de iniciativa ni vitalidad creadora por los ataques en las estructuras del gobierno hacia ella.  La política es una fuerza para sí.

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Pero, no olvidemos el papel de la Iglesia, ella sirve para inflar o desinflar el movimiento nacionalista y establecer una nueva generación que fomente la unidad patriótica. Hay concesiones ignoradas y las ideas teológicas suponen un esfuerzo importante para lograr, lo que hizo el Reverendo Tutu como líder social, ni lo que capto Johnston como investigador nacionalista,

Hay que cambiar los entornos políticos, se debe ver lo expresado entre bastidores, prerrogativas y prebendas. Se debe promover la inclusión social y fomentar los sistemas transnacionales del gobierno, entonces, es el enfoque familiar.

Religión y política vienen integradas en la actualidad.

Ya la gran Teoría de Oriente ha sido derrumbada y, resulta conmovedor cada acontecimiento. Rusia al derribar a Ucrania en 2024- 25 esta en Alemania con el apoyo del Esto del Vaticano. Moscú, ya es un Estado Capitalista industrializado y su sistema comunicacional va a la vanguardia y viene prestándole apoyo a las actividades internas del sumo pontífice. Así que, no hay muerte política, nos encontramos en un nivel de guerra permanente y latente, donde pocos tienen derecho a la palabra y, todos son diplomáticos.

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