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Hay un muy bajo patrón de transparencia en la Iglesia Católica, esto hace que el secretismo opere como norma y eso en una sociedad moderna, es anacrónico
Pocos acontecimientos han ocurrido en el seno de la Iglesia Católica que hayan hecho tanto daño como la pedofilia; un trastorno de la personalidad que consiste en el interés sexual centrado en los niños.
Pero, ¿qué hace la Iglesia al respecto? ¿Protege el Vaticano a los sacerdotes pederastas? ¿Es culpa del celibato, como algunos opinan? Estas son las principales preguntas que todos nos hacemos.
La exhaustiva investigación judicial que se ha llevado a cabo en Estados Unidos nos ha dejado atónitos a todos, con evidencias creíbles contra más de 300 curas que abusaron de niños, y con más de mil víctimas menores de edad durante décadas de abuso sexual encubierto por la Iglesia Católica en Pensilvania.
La investigación es considerada la más íntegra hasta el momento en la Iglesia Católica de EE.UU, y ha provocado la inculpación de dos curas, aunque la mayoría de los atropellos ocurrieron hace tanto tiempo que los delitos han prescrito, e incluso muchos abusadores ya han fallecido.
Iglesia y pedofilia: el secretismo como norma
El 18 de mayo de 2001, la Congregación para la Doctrina de la Fe, elaboró un documento en el que se establecían los delitos más graves contra la fe y la moral de la Iglesia -delicta graviora-. Aparecían en este documento delitos contra el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, contra el Sacramento de la Penitencia y contra el sexto mandamiento -no cometerás actos impuros-. ¿Quiere esto decir que antes del 2001 estaba permitido este acto horrible? Durante el pontificado de Pio XI, estaba prohibido explícitamente en un texto titulado <<Crimen Sollecitationes>>. Entonces, ¿qué sucede? ¿Por qué hacen la vista gorda y miran para otro lado cuando esto ocurre? Encubrimiento sistemático.
Esto lo que hace, es que cuando se descubre todo este detrito moral, es ya demasiado tarde muchas veces como para presentar cargos, han prescrito los hechos. Pero, ¿ha prescrito también el dolor emocional en la mente del niño roto?
Los llamados hombres de Dios violan a niños y niñas y los responsables de ellos no sólo no hacen nada, sino que lo esconden todo.
Y, ¿cuál es la excusa? Pues que la mayoría de las veces los obispos u otros sacerdotes, se enteraban de estos crímenes en confesión y, por tanto, el obispo o sacerdote que escuchaba el pecado debía mantenerlo en secreto, porque de contarlo, estaría cometiendo un pecado gravísimo a su vez. Estamos en el siglo XXI, estas idioteces para los memos, ¿qué clase de Dios aceptaría tamaño desafuero como disculpa ante un acto tan atroz contra los más indefensos? Nos están diciendo que es más ético defender la conducta de un enfermo depredador por encima de la inocencia de un alma pura en desarrollo; la víctima. ¡Qué dislate!
Y lo más triste es escuchar a los jerifaltes de la Iglesia decir que junto con el daño causado a las víctimas, uno inmenso se le ha hecho a la propia Iglesia y a la percepción pública del sacerdocio y de la vida religiosa. Pues bien, que la justicia de Dios les llame a dar cuentas de sus acciones mañana, pero que hoy la justicia del hombre les haga admitir abiertamente su culpa y les someta a las exigencias de esta justicia. Y tan animales son aquellos que cometen estos actos tan horrendos como los que sabiéndolo los callan.