El concepto del kirchnerismo nos lleva a la ruina como país, no sólo por lo que han robado, sino mucho más porque frenaron el desarrollo e impidieron que la Argentina crezca y se desarrolle. Ellos tienen la antigua idea de que hay que quitarle al que más tiene para repartir a los sectores más desprotegidos, amparándose en esa idea demagoga y afirmando que hay que pelear por las riquezas y los bienes que un país genera, sin tener en cuenta que el país tiene la capacidad de producir mucho más y que el secreto esta en agrandar la torta y generar riquezas antes que estar menguando en torno a lo poco que nos queda y llevarnos a la ruina.

Hoy el campo es el sector más productivo, lo demás esta todo parado. Con escasas industrias, sin ideas, sin planes económico, ni inversiones, solo se apela al zaqueo desde las instituciones peleando por lo poco que produce riquezas. No advierten que se embarcaron en un juego muy peligroso y destructivo, las condiciones del país estaban dadas para el desarrollo en el 2003 cuando Duhalde les entrega un país en marcha, la producción del campo fue histórica.

Seguramente no era gran cosa, pero suficiente para un despegue. Deberían ser penados judicialmente por poner un freno al crecimiento de un país y llevarlo sistemáticamente a la quiebra. Mucha verborragia es sinónimo de estancamiento, el que mucho habla poco hace. Todo el tiempo acusando, peleando y dividiendo a la sociedad hasta el día de hoy. 

El país necesita crecer, que haya industrias, trabajo para la gente, menos planes y más producción. Que en la mente de la gente se termine esa idea de sacarle al otro y en su lugar se instale el deseo de tener la oportunidad de crecer económicamente mediante el esfuerzo compensado con ganancias y prosperidad.

Los Fernandez Fernandez son la firma que pretende sepultar a la Argentina en la pobreza después de catorce años de kirchnerismo agresivo politiquero y combativo, que nunca supo que gobernar es crecer, que gestionar es buscar oportunidades para el desarrollo, que quienes deben progresar es el pueblo y no las cuentas bancarias de sus dirigentes. Ellos son el país al revés, la discordia con la cual pretenden ofrecer como alimento en las mesas de sus seguidores mientras  ellos, los políticos Na&Pop, compran propiedades en Miami. 

Carlos Polleé