Érase una vez un Rey sin corona, sin reino, sin súbditos. Pero a pesar de todo, él se sentía el Rey. Tal era su convicción que raro era el día que no dictaba a su escribano algún decreto o nombramiento y le ordenaba que se diera a conocer o se remitiera al designado. En la comarca le conocían como “el ruso loco”.

Había sido hombre de fortuna y vivía en una elegante mansión a las afueras del condado, sobre la ladera de una montaña desde la que se divisaba casi toda la comarca.

La región formaba parte de la Corona de Francia y de un Obispo de la región pero hablaba un dialecto distinto que solo él y unos pocos, sabían leer y escribir. Además, hacia un frío muy peculiar, los alimentos se elaboraban de un modo artesanal muy particular y, por encima de todo, el baile tradicional de la comarca era distinto a cualquier otro.

Hacia seis meses que, con ocasión de las fiestas populares, los habitantes e Ilustres se habían reunido en la plaza del pueblo, para comer, beber, bailar y festejar ese día. Como era costumbre, él pagaba la fiesta y eso le procuraba el lugar más prominente en la plaza.

Al término de la misma se dirigió a los que allí se encontraban y les dijo: “Hoy es un gran día para todos porque será el último bajo la Corona de Francia. Quiero ser vuestro Rey. Si estáis de acuerdo, os prometo que nadie más pasará hambre ni calamidades, las tierras que cultiváis, las casas que habitáis y las cosechas, serán vuestras y de vuestros hijos para siempre. Nadie dará trigo ni oro a los recaudadores del Gobierno ni a ningún otro. Si una mayoría me aceptáis como Rey, los que no estén de acuerdo, podrán quedarse pero, si optan por marcharse de la comarca, dejarán aquí sus casas y todas sus pertenencias.”

Los servidores del rey repartieron entonces una nuez pintada de azul a cada uno de los que allí se encontraban mayores de quince años. – Los que me queráis como Rey, depositar la nuez en el saco que os van a pasar, les dijo.

Puigdemont I pretende Batir el récord de Boris I

Al poco, se abrió el saco y en el mismo había una mayoría de nueces azules. Estalló el jolgorio y la algarabía de los que habían depositado la nuez azul al tiempo que, los que no lo habían hecho, abandonaron frustrados e indignados el lugar.

Cuando se lo hizo saber al rey de Francia y al Sr. Obispo, estos lo tomaron por loco y, apenas trece día después, optaron por el mayor desprecio: no dar aprecio, al tiempo que le confiscaron todos sus bienes y lo desterraron de la comarca, obligándole a vivir en la casa que su hermano tenia en la ladera de la montaña.

Su reinado había durado trece días exactamente. Desde el 8 al 21 de Julio de 1.934. El más corto de la historia de Europa. La comarca era el actual Principado de Andorra y, Boris Skosyrev, -en la foto- de origen ruso, se autoproclamó Rey Boris I de Andorra. Https://es.wikipedia.org/wiki/Bor%C3%ADs_Sk%C3%B3syrev

Puigdemont I, el Republicano, anuncia, con el apoyo de JxCat y ERC y la CUP, su intención de instaurar una monarquía en Cataluña donde el mismo será el Rey que reina, pero no gobierna, desde la ladera de su montaña en Waterloo, fuera de Cataluña. Quizá que la historia quiera batir así, el esperpento y la duración del reinado de Boris I de Andorra.

AscoHastaLaNáusea