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El peso pesado búlgaro Kubrat Pulev boicoteó la conferencia de prensa oficial de este lunes en Hamburgo, cinco días antes de su combate contra el ucraniano Vladimir Klitschko, defensor de los títulos de por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
El aspirante habría renunciado porque quería estar acompañado por más personas de su séquito del máximo de tres autorizado para los combates oficiales.
"Es incomprensible, está muy mal aconsejado. Parece que le han lavado el cerebro", declaró Klitschko, para quien la silla vacía de su adversario era una especie de "victoria a los puntos" para él.
"Veremos si hace lo mismo el miércoles en el entrenamiento abierto a la prensa", añadió Bernd Bönte, mánager del campeón, que esperaba la aparición del aspirante "de aquí al viernes (sesión de pesado) porque se lleva una buena bolsa de 1, 4 millones de euros".
El combate propone un choque de titanes entre el gigante ucraniano (1, 98) y el colosal púgil de Sofía que solo es unos centímetros más bajo.
"Pulev es uno de los mejores pesos pesados del mundo, particularmente bueno contra contrincantes grandes", declaró Klitschko, que disputará su 26º combate por un título mundial y el 66º de su carrera, en la que cuenta con 62 victorias y 3 derrotas.
Con 33 años, Pulev, excampeón de Europa (2009), lleva 20 combates invicto, 11 de los cuales acabaron antes del límite de tiempo.
Previsto inicialmente para el 6 de septiembre, este combate se aplazó debido a una lesión del campeón en un bíceps, que se produjo en un entrenamiento.