A menudo hablamos de 4x4 para referirnos a vehículos que en realidad no lo son, en otros casos, resulta confuso y equivalente a otro tipo de vehículos como los SUV, porque si bien es cierto que todos los SUV son 4x4, no todos los 4x4 son SUV.

Un error que cometemos muy a menudo es cuando hablamos de 4x4 describiendo un tipo de carrocería del automóvil, sin embargo, el vehículo 4x4 o de tracción total es aquel que tiene dos ejes, por lo que la potencia del motor se puede distribuir entre las cuatro ruedas. En otras palabras, el concepto 4x4 no tiene nada que ver con el tipo de carrocería, sino con el modelo de tracción que es utilizado por el vehículo.

La mayoría de marcas ofrecen modelos con éste tipo de tracción, por lo que la disponibilidad de vehículos 4x4 nuevos y usados ​​es muy amplia y variada, pudiendo cubrir todos los gustos y necesidades.

Los modelos 4x4 actualmente disponibles en el mercado ofrecen dos opciones: versión “Four Wheels Drive” (tracción en las cuatro ruedas), comúnmente 4WD, por sus siglas en inglés y versión “All Wheel Drive” o AWD ("tracción total")

Como casi todo en la vida, todo el mundo tiene sus puntos fuertes y sus limitaciones. Dado que el propio conductor será el encargado de determinar el tipo de tracción más adecuado para estas situaciones, el 4WD es más polivalente y se puede adaptar a todo tipo de carreteras y conducción. De esta forma, un coche 4x4 con versión 4WD podrá circular por carreteras regulares, y se podrá desconectar el sistema de tracción especial, pero se activará de forma automática o manual en el momento en que entremos, por ejemplo, en una carretera sin asfaltar.

Al usar la tracción 4x4, el automóvil ganará agarre, la conducción será más segura, pero consumirá más neumáticos y provocará un mayor desgaste de los mismos.

Por supuesto, los modelos con tracción en las cuatro ruedas están más restringidos y están más altamente concentrados en vehículos de alta gama, por lo que el precio es más alto.

Por el contrario, en los AWD, el sistema de tracción 4x4 es permanente. En base a esta diferencia, la conveniencia entre una versión u otra radica en el propósito del vehículo y el presupuesto de compra.

Si se utiliza habitualmente en ciudades y solo ocasionalmente en zonas montañosas, en carreteras nevadas o sin pavimentar, lo mejor (y más económico) es elegir AWD.

Por el contrario, si el uso normal del vehículo se va a separar de la carretera asfaltada, en el caso de carreteras en mal estado con muchos obstáculos, terrenos blandos, etc., se debe seleccionar la versión con tracción a las cuatro ruedas, porque puede proporcionar mayor seguridad en estas condiciones extremas. Si bien, debemos asumir que al usar un automóvil de éste tipo en ciudad, nos sentiremos menos cómodos, aumentará el desgaste de los neumáticos y aumentará el consumo de combustible. Y, como decíamos, los precios son más altos.

En resumen, hay muchas posibilidades. Por tanto, si planeas comprar un vehículo ya sea nuevo o de segunda mano, lo mejor es que te pongas en manos de profesionales en la materia que te orientarán en función del presupuesto disponible y la finalidad del coche la mejor opción.