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Los Sobornos de Churchill a los generales de Franco evitaron que éste entrara en la guerra al lado de Hitler

05/12/2018 06:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Fue una idea genial y única: comprar a los generales franquistas.Franco había dejado de ser beligerante y estaba espiritualmente con hitler.Y luego no dio el último paso. Sólo ahora se ha sabido porque no cruzó la linea roja

 

 Denis Symith, un prestigioso profesor de Historia de la Universidad de Toronto, publicó en 1991 un documentado artículo titulado «Los caballeros de San Jorge: Gran Bretaña y la corrupción de los generales españoles (1940-1942)» en el que explicaba, por primer vez, las líneas maestras de la operación secreta. 

Se denominaron «caballeros de San Jorge» en referencia a las guineas de oro que Inglaterra había utilizado en el pasado para pagar a sus aliados continentales en las guerras europeas. En una de las caras de esas monedas aparecía San Jorge, símbolo de Gran Bretaña, a caballo haciendo frente al dragón. Esta era una historia muy conocida en Inglaterra y muy descriptiva, San Jorge y los enemigos corruptos.

En Dunkerque escapan del puño mejor cerrado alemán 338.226 soldados británicos, franceses y belgas que han conseguido burlar el cerco de acero de los tanques Panzer del Grupo de Ejércitos A, del mariscal von Rundstedt. Los últimos 26.175, el 4 de junio de 1940, los agotados defensores aliados de Dunkerque, se rinden

. El jefe de la Luftwaffe (Fuerza Aérea),   Mariscal  Hermann Göring aprovechó la oportunidad de dar un fuerte golpea los aliados en Dunkerque. La destrucción de las fuerzas aliadas fue entonces inicialmente asignada a la fuerza aérea mientras la infantería alemana se organizaba en el Grupo de Ejércitos B. Von Rundstedt más tarde llamó a esto "uno de los más importantes puntos de ruptura de la guerra".​

Churchill se quedó impresionado: todas las fuerzas alemanas juntas podían tomar el peñon en un dia. Si se añadía el ejército de Franco y el de Mussolini, la guerra estaba perdida.

Era el 4 de junio de 1940, esa tarde, en la Cámara de los Comunes, el primer ministro británico Winston Churchill convierte la derrota en victoria: «Combatiremos en las playas, combatiremos en los campos de aterrizaje, combatiremos en los campos y en las calles, combatiremos en las colinas, jamás nos rendiremos». 

El capitán Alan Hillgarth tenía que hallar una solución para evitar la entrada de Franco en la guerra. Diferente, práctica, rápida para alejar cualquier pensamieto de rendición que pudiera pasar por la mente del hombre del cigarro puro. Tras tal derrota de Dunkerque, Hillgarth tenia dos ases en la manga: uno era su portentosa imaginación que tanto le servía  para su labor en los servicios secretos británicios en Madrid y el conocimiento profundo de las gentes que amaban y odiaban al Generalísmo. Y segundo, su conocimieto del poder del banquero millonario Juan March, como manipulador de cualquier situacion política, económico o social comprometida. Porque meter a Churchill  en esa opración hubiera ido fatal. Los generales de Franco le hubieran rechazado. Con March había intimado Hillgarth cuando éste disfrutaba de vacaciones junto a su esposa en Formentor. Le conocía

.Alan Hillgarth respondió a Churchil en unos términos sinceros desaprobando los términos épicos como “ hay que resistir hasta la muerte” o “no no redireos nunca”, sino en otros no heroicos que parecieran esquivar  el problema. “Señor Primer Ministro, es hora de que saquemos a pelear a los caballeros de San Jorge”…”le detallo mañana el como”.

 La metáfora aludía a las guineas de oro con que los británicos sobornaban a sus enemigos en las guerras del pasado, decoradas con el patrón británico lanza en ristre contra el dragón.La metafora era muy popular. Ahora el dragón era Hitler. Y los generales españoles eran a los que había que sobornar. Churchil captó en seguida la idea con las aclaraciones que después le dio el capitán. Y llamó al exembajador en Madrid Sir Samuel Hoare para poner en marcha el plan. Hoare, salió para Madrid de inmediato

Sir Samuel Hoare, embajador en Madrid regresaba a su puesto unos días después de Dunquerque. Tenía 60 años y había dirigido el servicio secreto británico en Rusia durante la Primera Guerra Mundial. El veterano Hoare, simpatizó desde el principio de los generales sublevados contra la República, llegó a España sin embargo  con una única misión: impedir que Franco se uniera a Hitler. Los británicos temían un ataque coordinado de alemanes y españoles contra Gibraltar. Un segundo Plan Félix corregido

Cuando Alemania invadió Polonia y Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Hitler, Juan March comprendió que tenía ante sí la gran oportunidad para convertirse en el Nº uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo.Ignoraba que la ocasión le iba llegar con los sobornos a los generales, simpatizara o no con ellos. March se comprometió a ser, como millonario, la cara del engaño y aparecer que era él quien conseguía el dinero para pagar a los generales españoles. 

El plande Hillgarth consistía en comprar la colaboración de una treintena de los más destacados generales y altos cargos cercanos a Franco para influir sobre el Caudillo y evitar que entrara en la guerra. De ninguna forma debía aparecer Churchill en esta operación “sobornos”. March se comprometió a ser, como millonario, la cara del engaño y quien conseguía el dinero para la operación.

Para incentivar esta “colaboración”, el capitán Alan Hillgarth, agregado naval en Madrid entre 1939 y 1943, había ideado un sistema de sobornos a través de Juan March quien  reiniciaría su colaboración con Londres ya que había como “doble agente” había trabajado para los ingleses durante la I Guerra Mundial.

Hoare explicó incluso que hubo antes sobornos que se destinaron a detener de inmediato a aquellas personas íntimas del generalísimo para persuadirles que no confiaran en Hitler.Tal vez se referían a Nicolás Franco...o a otros. Entre los militares favorables a una España en guerra mundial estaba el general Muñoz Grandes y naturalmente el general Yague, el africanista que trabajaba febrilmente por los nazis.

 Churchill ocultó públicamente que pensaba defender Gran Bretaña y su imperio no a golpe de guineas, moneda desaparecida, como la utlizaban “los caballeros de San Jorge” sino de libras esterlinas. Era su arma secreta, y estaba muy lejos de la épica con que animaba públicamente a los británicos y a los mandos del ejército de S.M.… porque las armas no solo británicas habían quedado inservibles en el cementerio de las playas de Dunquerque.

En la calle, falangistas y universitarios lo reclaman a gritos. «¡Abajo Inglaterra!», " "Gibraltar español" el 1 de junio ante la embajada británica y en muchas de otras capitales. Si la Roca se perdiera se instalarían baterías españolas y alemanas a lo largo de la costa africana, el Estrecho quedaría cerrado y la flota británica deberá circunnavegar África para acceder a Egipto y, en especial, a la India. 

Fue con March con quien negociaron Hillgarth y Hoare para fijar y distribuir los sobornos, aunque su nombre no aparezca en los primeros telegramas. “Las negociaciones secretas proceden satisfactoriamente”, era el escueto mensaje de Hoare para tranquiizar a Londres.

“Los británicos querían usar a March para que los generales no supieran que era Churchill quien les compraba. La suma inicial de 500.000 libras ha aumentado ya a 2, 5 millones (10 millones de dólares).Y el dinero esperaba en el Swiss Bank Geneve de Nueva York”.ero March pedía más dinero para empezar, y Hoare avisó al Foreign Office que necesitaría “cantidades más amplias” que el medio millón de libras inicial.La suma del primer envío de los sobornos pasó de 500.000 libras a 2, 5 millones de dólares 

Al día siguiente, Italia declaró la guerra a Francia y Gran Bretaña. “Con poco esfuerzo obtendremos mucho», dijo Mussolini a sus generales titubeantes. Dos días más tarde, Franco anunció que España pasaba de la neutralidad a la “no beligerancia”. 

Para el embajador británico en Madrid, los sobornos constituían el último paso para frenar la entrada de Franco en la guerra. Pero en Londres el Foreign Office quería saber más detalles de la operación. “Dudo de si enviar ningún nombre, ni siquiera en un mensaje cifrado”, respondió Hoare el 15 de junio. “Deben aceptar mi palabra de que las personas son de la mayor importancia (...) la entrada de España en la guerra depende de nuestra rápida acción (...) la situación es crítica y urgente”.

El día 21, el Foreign Office confirmó al embajador que el dinero había sido depositado en el Geneve Swiss Bank de Nueva York, según lo acordado. Juan March se frotó las manos. Porque era él quien tenía que hacer llegar el dinero a los generales sobornados fingiendo ser lo que nunca fue: un patriota que no quería ver a España envuelta en otra guerra.A él se le asignaba como comisión, más del doble de lo que cobraban los generales. Las condiciones acordadas eran las que el propio March había impuesto a Hillgarth.”Todo hombre tiene un precio, y si no lo tiene, es que no lo vale”. Es uno de los aforismos que el historiador Pere Ferrer atribuye a Juan March, el hombre que tenía que poner precio a los generales de Franco. Los generales tenían su precio. Juan March era garantía para que Franco no desconfíra: sus hazañas del pasado estaban a su lado. Fue él quien  financió con lingotes de oro el Alzamiento Nacional del general Franco y pagó de su bolsillo las 1.019 libras esterlinas y cuatro chelines que costó el alquiler del Dragon Rapide, el avión que llevó a Franco de Canarias a Marruecos en 1936.Y luego le volvió a sacar las patas del barro muchas veces durante la “sagrada” cruzada. Ferrer lo recuerda como garantía, March era capaz de todo. Y sabía como recuperar el dinero gastado. 

Hoare creía que la entrada de España en la Segunda Guerra Mundial era inminente, pero poner en marcha el plan “Sobornos” de Churchill para detenerla, no bastaban 500.000 libras¿Se dejarían comprar los generales de Franco, los hombres que debían conducir al paupérrimo ejército español a la toma del peñón con ayuda de Hitler aceptarían tal msion ?. Hoare creía que el plan de Hillgarth era el último paso para que Franco no se uniera a Hitler en la guerra 

Lo que los ingleses buscaban era construir un escudo protector con diversas capas de contención para evitar que Franco se deslizara hacia el Eje. Las capas más conocidas eran las políticas y diplomáticas. Luego la regulación de las importaciones, la llamada guerra económica que incluía la célebre adquisición de wolframio. 

 También fue importante la planificación militar britanica que incluía arrebatar Canarias a los españoles si entraban en la guerra. Y por último estaban las operaciones clandestinas de espionaje e inteligencia, de las que se conoce poco.

El Soborno de los genrales franquistas es cierto auque todo parezca el guión de una película de fuccion

  Para todo eso la recopilación de información por agentes españoles a sueldo del MI6(Contraespionaje) inglés era básica. De eso apenas se sabe. Había que contrarrestar por un lado a la Gestapo que actuaba tambien en España y la SD(Sicherheindienst) alemana y otras nazis en países ocupados. Por el otro, además Churchill manejaba la actividad del SOE(Special Operations Executive), un invento de él mismo para realizar operaciones de guerra subversiva y sabotaje por toda la Europa ocupada por los nazis que era de gran ayuda. Sobre sus rocambolescas aventuras se ha escrito mucho. En España no actuó tanto como en la Francia ocupada. Y luego estaba lo que los ingleses llamaban el PWE. Pero todo en España hora se subordinaba a la capa última del escudo, los “Sobornos”, la pieza fundamental unque más oscura. Para que tuvieran éxito, los sobornos tenían que aplicarse bajo ciertas condiciones ambientales supersecretas. Había que tranquilizar a Franco y a los franquistas y garantizar la seguridad de una dictadura neutral 

Si en los primeros días Hoare no daba nombres en sus telegramas cifrados, el 26 de junio el comandante Furse detalló en un informe de dos páginas, dirigido únicamente a Churchill y a Halifax, sus opiniones del plan. “Franco –escribe Furse– desea seguir siendo neutral si se lo pagaba Hitler con contrapartidas de Africa(a costa de Francia), pero está aterrorizado(sic) con Alemania; Suner (sic), Yague (sic) y Muñoz Grandes estaban con Alemania; el ala izquierda(?) de la Falange estába a favor de la intervención con Hitler; el ala derecha(¿) (requetés, carlistas, empresarios, la mayoría del Ejército y los de a pie) están divididos entre la neutralidad o sumarse a Hitler, pero muy pronto casi todos correrán detrás del Fuhrer, si Franco tomaba Gibraltar, la herida abierta, etc..”.

Lo de izquierda y derecha debe ser solo una referencia para el usuario porque todos los que figuran de izquierda y derecha eran lo mismo o parecido, la derecha más derecha 

De todos los documentos desclasificados por el gobierno británico, estos dos folios del comandante Furse son los más importantes. “El objetivo de sir Samuel Hoare –explica el comandante– es dar al ala derecha la fuerza necesaria para que pueda organizarse. Esa organización sería pro-España y antiextranjera (por ejemplo, tanto antiitaliana como antiinglesa), pero todos reclamarían Gibraltar para después de la guerra”». 

Por primera vez, Juan March apareció mencionado. “La oposición a Suner (sic) está siendo organizada a través de Juan March”, explicaba el comandante Furse. March es confidente del almirante Canaris, jefe de Abwher espionaje militar alemán, amigo íntimo de Franco y enemigo declarado. El Almirante, declarado traidor al III Reich. murió años después, torturado y al fin ahorcado por orden de Hitler, tras el complot Walkiria contra él” 

Días después el comandante Furse, no clamó victoria sino que exclamó simplemente que “dos millones de dólares ya han sido cobrados, otros tres deben pagarse inmediatamente y los otros cinco restantes seis meses más tarde, si el plan funciona;y funciona porque los generales aceptan el dinero. Furse dio por fin nombres de los sobornados y las cantidades que deberán cobrar. Con la aceptación de los generales del dinero, los Caballeros de San Jorge han ganado su primera batalla contra el dragón”

sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos y conjeturas, Denis Symith nunca pudo confirmar quiénes eran todos los beneficiarios. “Algún día saldrán a luz porque sus nombres están escritos en los documentos que se guardan en Kew”, vaticinó la última vez que hablé con él hace años en referencia a la localidad cercana a Londres donde se guardan los archivos secretos británicos. Y así ha sido

.

 El documento en que se detalla todo lo desclasificado por el gobierno británico revela el funcionamiento de la trama sobornos. Constaba de un “núcleo duro” formado por Nicolás Franco, hermano del Generalísimo y entonces embajador en Lisboa e íntimos; el general Varela, ministro del Ejército; el salvador de Oviedo, general Aranda; el general Gallarza -ministro del Interior- y, por último, el general Kindelán, entonces capitán general de Cataluña, región básica para cualquier operación militar 

Un segundo círculo de sobornados -conspiradores estaba constituido por los generales Queipo de Llano, Orgaz, Moreno, Alongo, Solchaga, Asensio y Muñoz Grandes -antes de dirigir la División Azul-, todos ellos al mando de capitanías o territorios claves como Marruecos o Sevilla.

Sobre como cobraban los generales hay quien dice que salvo sumas parciales bastante abultadas, recibidas a plazos regulares, cobraron todo después, en el año 1944. Porque la operación, que en principio iba a durar seis meses, se fue prolongando. Sin duda, a los ingleses les parecía más justo. Ahora la segunda etapa ya no intentaba que España se mantuviera neutral sino que, si los alemanes invadían España, el régimen ofreciera resistencia mediante guerillas u otras formaciones.Los generales tenían otro papel y si no lo hacían no eran importante, había en los Pirineos quienes lo organizarían. 

La ingeniería financiera para conseguir el triunfo 

La documentación desclasificada señala que Churchill autorizó un total de 20 millones de dólares de la época (unos 331 millones al cambio actual) para sobornos que se fueron concediendo por periodos de seis meses hasta finales de 1942, pues a partir de entonces el régimen franquista ya había girado hacia los Aliados. 

Según la documentación británica, Nicolás Franco y los generales Varela y Aranda eran los que más cobraban -dos millones de dólares- seguidos de Gallarza y Kindelán -un millón cada uno-. También hay constancia de que recibieron dinero Queipo de Llano, Orgaz y Asensio, aunque no está claro cuánto exactamente. 

March fue quien propuso que el dinero fuera ingresado en la banca suiza en Ginebra y después depositado en una sucursal en Nueva York. Las cantidades fueron transferidas en cuentas separadas conjuntas bajo los nombres de March y de los respectivos beneficiarios. Estos aceptaron cobrar la mitad al principio de cada periodo de seis meses o por cuotas y el resto al final. Sólo la cuarta parte sería en pesetas para no levantar sospechas

.El esquema funcionó perfectamente durante el primer año pero en septiembre de 1941 surgieron complicaciones cuando Estados Unidos bloqueó las cuentas financieras de March por considerarle sospechoso de trabajar para el enemigo. El problema fue tan serio que March requirió la intervención personal de Churchill acerca del Prsesidente Roosevelt para desbloquearlas.Ángel Sanz Briz corrió mejor suerte por ejemplo que el diplomático de Suiza Raoul Wallember, a quien pillaron salvando judíos y a quien "no se sabe muy bien si lo mandaron a un campo de concentración o lo asesinaron en el momento", afirma el director.

Precisamente, en este documental aparece el testimonio de uno de los judíos que fue salvado por Raoul Wallember, un superviviente de los asesinatos que se hicieron a orillas del Danubio, cuando ejecutaron a 10.000 personas."Siempre estuvo orgulloso de lo que hizo", a pesar de que hasta su última década mantuvo en secreto esta hazaña, ya que así se lo pidió el Gobierno de Franco para salvaguardar sus relaciones con los países árabes.

En 1968 el Parlamento de Israel le nombró Justo entre las Naciones, un título que no fue a recoger. En 1989, se le hizo un homenaje a título póstumo y se entregó a su viuda la Medalla de los Justos. En 2014, en el museo del Holocausto Yad Vashem de Israel, se le reconoció también su papel.

El director del documental se muestra impresionado por este hombre: "No he visto a un personaje de la Segunda Guerra Mundial que haya puesto de acuerdo a personas de derecha e izquierda; de la ultraderecha y de ultraizquierda". 

Además de su influencia política, el servicio secreto británico MI6(Contraespionaje británico) utilizó a estos generales para montar una organización clandestina que pudiera dar un golpe de estado en España si Hitler invadía la peninsula o era necesario “liquidar” a Serrano Suñer, Yagüe y Muñoz Grandes, pero sin derrocar a Franco.En una entrevista a propósito del libro ”La otra cara del Caudillo” el escritor Viñas aseguraba que Franco entró en la guerra sin un duro y salió con 388 millones de euros. ¿Pero cuánto se embolsaron los generales españoles de los ingleses por mantener a Franco neutral?. Ahí está el quid. A de los 388 millones que Viñas calcula como recibidos por Franco habría que descontrar lo que cobró cada uno de sus generales y eso ahora sería casi imposible. Pero no hay preocuparse porque el “pobre” Franco tuvo mil sitios de dode sacar dinero corupto

No es nada fácil traducir libras de entonces a euros actualmente. La cifra aproximada que se da está entre 350 y 380 millones de euros pero podrían llegar fácilmente a los mil millones de euros a distribuir entre 20 y 30 generales y hombres del régimen. Eso suponiendo que Franco jamás se enteró de los sobornos, cosa fácil sabiendo que su hermano Nicolás estaba entre los corruptoso por medio del general Yague.

 

 Las cuentas en el extranjero, en Nueva York o en Ginebra fueron un problema porque tener cuentas en el extranjero era ilegal. El problema era cómo blanquear ese dinero. Se ha desentrañado,   lo que algunos llamo la operación "Navíos", mediante la cual March compró barcos por medios estrictamente legales y autorizados por el consejo de ministros de Franco-al que March por supuesto engañó- y se autorizaron una serie de importaciones fuera de cupo, financiadas por el SOE que permitían a March importar mercancías para vender legalmente en el mercado intervenido con la condición de que una parte de esas mercancías March las vendiera en el mercado negro. March se convirtió así en un “estraperlista” autorizado por el gobierno español. La hipótesis de los especialistas es que así blanqueó gran parte del dinero inglés. Y con ese dinero se compró la neutralidad de España en la guerra.

Los intentos casi desesperados del general Yague por entrar en la guerra no cuajaron. En 1941 se rumoreó que Franco le había “expulsado” término tan ambiguo que no tuvo una interprtación concreta.Si es cieto que del lado del general se notó un parón de sus actividades en pro de la entrada en la guerra. Probablemente Franco de alguna manera le anuló dándole otras misiones que le hicieron perder el contacto con Alemania y lo anularon, lo cual fue un dolor de cabeza menos para Hillgarth. Ya terminada la guerra y muerto Hitler.Pero a finales de 1948 el General Juan Yagüe Blanco conspiró contra el Caudillo, con 6 o7 años de retraso respecto a su deseo de hacerse con el der y abrazar la guerra de Hitler.

Entre los miles de documentos que ha desclasificado la CIA (Central Intelligence Agency)  sobre España en Diciembre de 2016, hay uno que llama poderosamente la atención. El 15 de febrero de 1949 la CIA norteamericana estaba al tanto de la preparación de un golpe de estado liderado, que por el General Yagüe. Un informante anónimo (posiblemente alguien vinculado a la embajada de los EEUU en Madrid) da datos y nombres del plan que se estaba fraguando para apartar a Franco del poder.Este texto se suma a otros ya conocidos y rebate la idea interesada y difundida por algunos historiadores sobre la lealtad inquebrantable del general falangista para con el Caudillo. Para Yagüe lo primero fue siempre España 

Desde su perspectiva falangista y a mediados de 1948 la situación del Régimen Franquista no estaba nada clara porque, por un lado, estaban los generales monárquicos que querían restaurar el Reino de España en la figura de Juan de Borbón y por otro, los españoles en exilio que no veían con malos ojos una colaboración del grupo de Antonio Goicoechea y los comunistas para implantar su peculiar "democracia" en España. Quizás Yagüe intuyó la debilidad del régimen vigente y quiso adelantarse a los acontecimientos. 

El general, germanófilo convencido, no había hecho la guerra para que en España se instaurara un régimen que no fuera como mínimo de derechas.

Es curioso que después de l944, cuando terminó felizmente la guerra y la Operación “Sobornos”, no pasó nda en España y nadie volvió a hablar nada del tema, tampco  dijo nada Hillgarth, el genial inventor como si no hubiera existido.Losgenerales que habían sido comprados y cobrado milones no fueron degradados ni sufrieron un castigo o multa. Se pusieron sus nombres en calles y plazas. Nada. Y sin embargo…

 

 

 

 


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