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Es acaso el resurgir del gigante rojo, Putín no tuvo que esperar que nadie aprobara el ingreso de sus tropas a Venezuela, solo tomó la decisión y dejó a su par norteamericano en ridículo
El triunfo de Putín, el hombre fuerte de Rusia.
Putín fue irreverente y mientras Trump se ahogaba entre amenazas de una posible invasión militar que estaba en un póker de posibilidades de acciones en pro de obtener la renuncia de Nicolás Maduro en Venezuela, el hombre fuerte de Rusia envió presuntamente un avance de fuerza militar instalándose bajo la sorpresa de todos en Venezuela y dando el oxigeno necesario el régimen venezolano para mantenerse en el poder.
El representante de la oposición Venezolana, el joven ingeniero Juan Guaidó quién estuvo para muchos a un paso de obtener la tan anhelada renuncia de Nicolás Maduro producto del apoyo Norteamericano donde una intervención militar era la carta fuerte entre las posibilidades manejadas en favor del presidente interino, vio como esta posición desapareció a las pocas horas del arribo de los hijos de Putin y que trajo como consecuencias la declaración del gigante americano donde manifestó que la movilización militar ya no era una opción.
Hoy el ingeniero Guaidó se debate ante la imposibilidad de lograr el objetivo ya que no dispone del poder imprescindible de las armas, las Fuerzas Armadas venezolanas están de forma incondicional con el régimen de Nicolás Maduro. Guaidó mantiene a la opinión pública a su favor, sin embargo ha visto disminuido su apoyo multitudinario, el tan anhelado articulo 187 que daba la posibilidad de solicitar una intervención militar y al cual el pueblo venezolano cifró sus esperanzas, hoy está obsoleto.
El día siguiente del ingreso de los Hijos de Putín
Todo este cambio tiene como protagonista al señor Putin, el hombre fuerte de Rusia. Sus intereses en el país suramericano lo hizo dar esa muestra de poder que hoy da la evidencia de que Trump no quiere estar involucrado en una guerra fría y mucho menos en un conflicto militar que podría escalar si no lo frenan a tiempo a nivel mundial.
En resumen Venezuela no parece tener un mayor futuro que la búsqueda de un diálogo que como mejor parámetro de igualdad será dar el oxígeno de la espera de los seis años de mandato que solicita Nicolás Maduro a cambio de algunas libertades económicas y del ingreso de la ayuda humanitaria, todo bajo la supervisión combinada de USA y Rusia. Todo un triunfo para Putín.